Agosto 1915
Lía amaba a Matt. A pesar de tener diecisiete años, ella se casaría con él la siguiente semana. Nada era más bonito que pensar en eso.
Era época de los bailes y de pasar las noches cenando en algún barco. La familia Weymouth era invitada a cuánto evento se realizaba y para festejar el compromiso organizaron una fiesta a la que mucha gente de alta sociedad asistió. Los Liukin como buenos montañeses no tenían aires de realeza. Conseguir un traje adecuado o un vestido refinado no había sido fácil y tratar de pasar por gente importante no se les daba.
Las personas presentes hablaban sobre vacuidades, buenos vinos y música elegante. En la mesa principal las risas eran muchas. Tanto Lía como Matt cumplían con la regla de ir vestidos con el mismo color y estilo. Él había estudiado ingeniería en Francia y volvió a Tell no Tales al comenzar la guerra. Ambos se habían conocido en misa al llevar los presentes al cura. Lía por su parte le enseñaba a leer a los niños en una pequeña escuela situada a las afueras de la ciudad, era muy culta y esperaba entrar a la Universidad para estudiar Arquitectura.
Entre ellos existía magia. Al coincidir descubrieron que tenían gustos y convicciones parecidas, se enamoraron al poco tiempo y eran casi inseparables. A veces ella llegaba tarde a casa y su padre pedía explicaciones. Otras la pareja escapaba y no volvía hasta el día siguiente...
Los Weymouth se sentían incómodos con las miradas de los demás. La futura mujer de su hijo era dorada y en la ciudad era mal visto que un joven respetable se relacionara con alguien así.
Goran Liukin, el padre de la chica, mencionó de súbito el tema tabú
-Mientras duren las hostilidades en Europa va a ser difícil que el Gobierno nos preste atención
Silencio. Ninguno de los presentes estaba dispuesto a hablar del tema pero el señor Fabian Weymouth preguntó
-¿Porqué lo dice?
-Quedó pendiente la Ley Igualitaria. La ciudad necesita que sus habitantes tengan todos los derechos que procura la Carta General
-Dudo mucho que retomen el tema. Los legisladores se ocupan de Europa por el comercio y cuando haya acabado la guerra será prioridad reconstruir la diplomacia y renovar contratos de exportación.
-Por eso mismo este es el momento de hacer entrar en vigor las leyes precisas
-Y también es momento de brindis
Lía se apartó un poco con su padre
-Papá no es el momento de mencionar asuntos políticos. Sólo te pido que esperes hasta que se haya celebrado la boda
-Me dijeron que querían una conversación inteligente
-Inteligente sobre viajes, arte... qué se yo.. pero no de la guerra y las leyes
-A ellos no les simpatizamos. Te ven con desprecio y si no lo hacen con asco es porque ante Matt no se atreven. Dejaré estos temas porque se trata de ti pero no me pidas que lo haga después
-Gracias
-¡Hey! Aquí estás
-¡Matt!
-Señor Liukin le pido permiso para compartir esta pieza con su hija
-Claro
En esos años se acostumbraba que las parejas comprometidas bailaran haciendo pequeñas obras y podían ser extravagantes. Al terminar, Lía y Matt sin que nadie los viera, abandonaron el barco y volvieron a bailar bajo la luz de la luna y a pasar unas horas realmente solos. En la mañana se despedirían mientras corrían a sus casas para no ser descubiertos.
Ese sería su último día juntos ya que él no asistiría a la Catedral de Tell no Tales a casarse. Ella al poco tiempo vería morir a su madre y sus vecinos enfermar inexplicablemente. Con los años la familia Weymouth lo perdería todo y los Liukin se verían envueltos en un escándalo espantoso que terminaría para siempre con un gran amor.