De Carlota podrían decirse muchas cosas. Una, es que se trata de una niña demasiado cursi. Le encantan los bombones, los corazones y las tarjetas de amor. Para ella, las personas se enamoran justo a tiempo. De la persona indicada. Siempre. También le gusta ver a Edwin... él es bastante mayor que ella. Es portero de un equipo exitoso. Casi todos los días va a verlo a su práctica. Por supuesto, los jugadores se han dado cuenta y se burlan de su compañero. Cuando Carlota no asiste, él lo nota pero hasta ahí.
Tina es su mejor amiga. Comparten gustos similares. Siempre se cuentan secretos como que Carlota le tiene miedo a las ranas y Adrien le es casi un extraño. Con el gemelo (aunque no se parecen en nada.. ni en el color del cabello) casi no se lleva. Su adoración es Andreas. A menudo manifiesta que quisiera verlo más tranquilo. Por su hermano ella haría lo que fuese.
Respecto a su relación con Ricardo y Gabriela, sobra decir que es muy buena. Ha procurado hacerles caso pero eso no significa que no le gusta tener una que otra vivencia sin que las personas a su alrededor tengan conocimiento.
El diseño se volvió su refugio. Dibujaba todos los días. Con eso compensaba sus deseos frustrados de ser patinadora. En la escuela le iba muy bien. Otra de sus debilidades es ir de compras. Su nuevo sueño, (aunque cambiaría), era convertirse en abogada.
Como todos, soñaba con su licencia escolar y las cosas que haría en ese tiempo. También adoraba ver a Plushy, el patinador que prometía hacer grandes cosas.
Llovía demasiado desde la fiesta en la playa. Eso era indicativo de algo no muy bueno. El mal tiempo presagiaba los tsunamis y aún no era época. Faltaban dos meses para ello.
Carlota salió a comprar pan hojaldrado. Era tan intenso el frío que debió usar guantes. En las ventanas, la escarcha formaba hermosas figuras.
En la panadería se encontró con Edwin. Apenas y lo saludó. Él en cambio, le deseo una buena tarde.
Al salir de ahí, Vicktor (que procuraba verla con cierta frecuencia aunque en secreto) le invitó una malteada. En la calle, la gente corría porque comenzaba de nuevo una llovizna.
-¿Cómo has estado pequeña?
-Bien. ¿Dónde estabas?
-En Rusia arreglando unas cosas. ¿Y tu madre?
-Trabajando. Ha estado un poco enferma.
-¿Algo grave?
-No. Sólo gripe.
-¿Cómo vas en el hielo?
-No pasa nada. No puedo ir.
-¿Porqué?
-Mis padres no me dejan
-Pensé que tu deseo era más fuerte
-Practicaba a escondidas pero me descubrieron... Sólo puedo salir de casa siempre y cuando todo esté en Piaf.
-¿Por eso estamos aquí?
-Sí.
-Tu madre no se caracteriza por cambiar de opinión.. ¿Pero Ricardo?
-No sé que le haya dicho mi madre pero no quiere ni hablar del tema
-Mal caso.
-No puedo entrar a la pista. Me lo prohíben cada que voy. A eso llegó esto.
"Mal anda todo" Pensó Vicktor
-Voy a casa. Gracias
-¿Tan pronto?
-Sólo iba por pan. No quiero que me busquen
-Espera. Vine porque debes ver algo
-Lo siento
Caminando y aprovechando que ya todos estaban en sus apartamentos Vicktor sujetó a Carlota y tapó su boca. La llevaría por la fuerza. La niña estaba aterrada. En la playa, las olas formaban turbios y agresivos remolinos. De pronto él la arrojó a ellos.
Todo abajo era muy oscuro. La fuerza del mar la arrastraba y Carlota comprendió que pronto se ahogaría. No tenía en dónde sostenerse. Sintió de súbito una tranquilidad pasmosa. Tal vez el preámbulo de su muerte. Pero no. El mar la llevó a un extremo profundo y calmo, tan azul y transparente. La imagen era irónicamente bellísima. La roca la atraía lentamente y pronto se golpeó contra ella. Fue ahí dónde alguien la sacó.
Edwin creyó ver de reojo en Piaf a Carlota y a un sujeto que no conocía. En vez de dejarse llevar por las dudas, se aseguró de seguir la aparente ilusión óptica. En la bahía sin embargo ya no tuvo tiempo de averiguar. Mientras Vicktor huía, él se arriesgó a rescatarla. Pero una vez ahí, al igual que a la niña se quedó maravillado. Sólo que él estaba consciente. Nadó con mucho esfuerzo y finalmente salió con ella. La llevó a casa.
Gabriela y Ricardo estaban asustados. Edwin sólo pudo hablar de lo azul que estaba el agua.
Vicktor mientras tanto, en los acantilados estaba atónito.
-¿La leyenda es verdad? ¿Qué és lo que hay allá abajo? Sé que Carlota es demasiado especial... pero... ¿Tánto para qué sacara el "Corazón del Mar"?
El Corazón del Mar era un dije de plata que se presumía, sólo una persona con sangre pura portaría. Según contaban, la vieja catedral de Santa María del Mar se había hundido y con ella el Corazón. La que todos conocían sólo era una réplica.
Carlota en cama, recibía cuidados especiales. Su madre que desconocía como era esta joya la colocó en una cadena y se la puso a su hija.
Vicktor por su parte pensó en la leyenda del milagro. Una figura extraviada de Santa María un día llegó a la bahía tellnotelliana. Con ella un dije oculto en un sobre. Un pirata echó ambas cosas al mar cuando su barco se hundía con el fin de salvarlas. Cuando la catedral original se hundió por un tsunami, el Corazón se perdió pero la Virgen volvió de entre las olas a la mañana siguiente al salir el Sol.
Cuando Carlota estaba en el agua el dije se le adhirió en el cabello.
Los Neo durante años buscaron al o la portadora con el fin de descubrir un tipo de sangre muy raro.
Lo acepto =D, hiciste que mi imaginación volara y volé más alto con el link-tema al fnal .
ResponderBorrarMe gustó bastante tu post, sobre todo imaginé la paz que fue llegando a Carlota después de que Vicktor la lanzara al mar; a mi me ha pasado que en momentos de suma tensión o desesperación, de repente, "llega" algo y todo lo cambia, llega la paz, llega "El Corazón del Mar".
Felicidades Ingrid.