martes, 30 de agosto de 2011

"She is Juliet"


A Sasha Cohen

Tamara estaba molesta.

-Impresiones tras el programa corto ¿Quién empieza? ¿Judy?
-Citaré: Los jueces nos tachan de simples, incluso nos pusieron un apunte de carencia de elementos con dificultad mínima. Si no naufragamos fue por el axel y las extensiones ¡¿Qué fue lo que vieron?! Nadie hace las secuencias de Carlota. Aquí nos escribieron que debemos estar agradecidas con las calificaciones y están muy altas para su gusto. Sólo tenemos la rutina libre para intentar ganar pero Kiira Meier será un problema. Estuvo magnífica y me dijeron que no falla los ejercicios largos.
-Si no se hubiera lesionado en la certificación ya tendría lugar en Nacionales.
-Rezaré por un milagro.
-¿Con tus santos que nunca fallan?
-Trabajamos muy duro, nos consta que somos buenas en lo que hacemos. Tenemos una rutina preciosa y una patinadora perseverante.
-¿Y si no es suficiente?
-Volveremos el siguiente año.
-En junior. Por edad no nos dejarían permanecer en novice. No le he dicho a Carlota ¿Cómo está?
-La vi callada y casi con catatonia. Iban a llevarla a cenar pero prefirió ir a casa. Pobrecilla, la pasó peor que nosotras.. ¿Adivina quién le dió el cinco punto dos?
-Carroll.
-Con una décima y sería cuarta. La penalizaron con una transición, eso sin contar las advertencias. "Salto en combo degradado en la realización del segundo elemento. El doble tuvo defecto de aterrizaje al no mostrar un ángulo de noventa grados" "Secuencia de extensiones con buena flexibilidad y duración pero nula inventiva" "Sin coreografía" .. Y no estoy bromeando, así se lee, literal.
-¿En serio está eso de los grados?
-Por mi madre que sí... Entregan la evaluación con braille y con letra, qué bueno.
-Se toman la consideración.
-Esto es ridículo, claro que Carlota realizó piruetas conforme a reglamento, no sé porqué les llaman "fáciles y predecibles".
-Hay trabajo. Necesito platicar con ella temprano.
-Eso si se despierta, creo que le dolía la cabeza y no la quieren molestar.
-Entonces al mediodía.

En el apartamento de los Liukin, Andreas arropaba a su hermana después de que ésta se encerrara durante una hora en el baño para llorar. Cuando su madre preguntó, pretextó que su período se adelantaba. Joubert esperó para verla pero Carlota se sumergió en un sueño muy profundo por lo que fue enviado a casa. Lo inaudito, era que nadie más descansaba esa noche. El viejo del muelle decidió que así sería mientras planeaba lo que ocurriría al día siguiente. En otra zona de la ciudad, Franz y Casey conversaban.

-Lindo local, lástima que nos dure tan poco la alegría.
-Podemos tomar todo el café que queramos hasta las nueve de la mañana por 1€.
-Brindemos por la calle Dobrev y sus maravillosas ofertas, Franz.
-Desde luego ¿Tienes algo que hacer mañana, en la noche?
-No, creo que terminaré de aprovechar mi entrada, me da derecho a un helado gratis.
-El mío es para un vaso gigante de palomitas.
-La receta de felicidad.
- Estoy preocupado ¿Viste a Carlota?
-Tengo sensibilidad de pasa. No lloré porque no es apropiado. Tanto tiempo conociéndola y es la primera vez que me siento igual de mal que ella.
-La caída es inversamente proporcional a la ilusión.
-Pero le falta una prueba, debería enfocarse más en remontar.
-Es una chica fuerte, podrá hacerlo.
-Gabriela la estrecharía y le diría las palabras adecuadas.
-Algún día que no es hoy ni mañana.
-A esperar un buen resultado entonces, es lo único que podemos pensar.
-Que el viejo te oiga.
-Otra frase sin sentido e iré considerando prohibirte los estimulantes.
-Por lo menos acabo con mi taza.

El hielo crujía. El mar se revolvía y congelaba. La arena se tornaba blanca. El bullicio de los insomnes llegó al barrio ruso donde buscaban cualquier cosa para no aburrirse. En Pushkin, Anton le daba dinero a los músicos que interpretaban sus melodías favoritas y éstos lo ponían a cantar. No tardó en iniciar una fiesta colectiva que se extendió a Poitiers dónde Joubert sacaba su tornamesas para realizar mezclas de acid house en beneplácito de los ravers. Otra vez, el chico Maizuradze se sentiría desplazado. El joven Bessette era sofisticado, ingenioso y atractivo, él solamente un pequeñín bromista. David le dijo que la diferencia con Carlota la había hecho una motocicleta. Su padre creyó prudente orientarlo.

-Te saldrán arrugas con ese enfado.
-Mientras no se me haga cara de sharpay.
-Te enfermarás, en serio.
-Me estoy llevando muchos disgustos.
-Andas de un explosivo ... Tú no eres así. Habla conmigo ¿Es Lotte*?
-Me atonté y se fue con el tipo de Poitiers que le cantó acaramelado.
-Creí que te habías peleado con ella.
-Estoy triste y enojado conmigo.
-Entiendo.
-Quise ser muy formal e ir poco a poco y mira. Hasta flores le llevaba.
-Antes de conquistar a tu madre tuve que romper muchos platos para darme cuenta de que ella era la adecuada y tarde o temprano estaríamos juntos.
-Pero yo sé que Carlota es la buena.
-Su momento no ha llegado todavía ¿Te ha pasado por la cabeza preguntarte si debes aprender algo?
-Usar la buchaca a tiempo.
-¿Qué vocabulario es ése?
-El del pueblo.
-Pasas mucho tiempo en la calle pero después discutimos; lo que debe importarte es que debes ser más claro con tus acciones y ser un poco menos tímido.
-La besé, más aventado no se puede.
-¿Qué te dijo?
-Se durmió.
-Estás perdido pero no frito. Trata de ser el mejor amigo que puedas, no tienes de otra.

Mientras amanecía, los acordes del musette en Humanidades daban la bienvenida al fin de semana. Las chicas inundaban la pista uno para el último ensayo antes de conocer su destino. La gran ausente era Carlota quién aún no llegaba por sentirse indispuesta. Ricardo la llevó a consulta.

-Es un resfriado leve - señaló la doctora - el consomé de pollo y mucho descanso le harán bien.
-Hoy tiene una competencia.
-¿De qué clase?
-Patinaje.
-Ya veo ¿Es importante?
-Demasiado. Es pase a nacionales.
-¿Alguna alergia de la que deba saber?
-Ninguna, ella puede tomar cualquier medicamento.
-En este caso le prescribiré aspirina para la molestias pero debe cubrirse muy bien y permanecer en cama un par de días.
-De acuerdo.
-Escribiré un oficio a su federación para que no haya problemas si le realizan análisis.
-Gracias.

Después de unos minutos, los Liukin salieron deprisa. Tamara estaba exaltada cuando arribaron.

-Dije mediodía, no trece y media.
-Pasamos al médico, disculpe.
-¿Tiene un justificante señor?
-Tome.
-Inicia tu calentamiento Carlota. Vamos a repasar el ejercicio sin descanso hasta las cuatro y retomamos a las seis. Sin excusas.

La niña trataba de mantener la mente en blanco mientras Kiira Meier la observaba con desbordado interés. Judy de vez en vez, detenía a su alumna para indicarle la posición correcta de un brazo o la rotación en las transiciones. Las mejillas de la chica Liukin enrojecían intensamente y se agotaba con facilidad. Joubert procuraba mandarle algún beso cada que ella lo miraba para envidia de las presentes. Durante el primer receso, Tamara entregó la prescripción al presidente del jurado, Ryan Oppegard.

Carlota se cubría con su manta preferida y dormitaba. Soñaba con pasajes oscuros y diluidos que le espantaban. Alcanzó a despertar a tiempo por un timbre que indicaba que todas las concursantes accederían al ensayo. Por el altavoz se informaba que a las siete y media arrancaba la actividad.

-Dudo que estés en condiciones - estimó Joubert.
-Mejoré, mi cabeza no da lata.
-¿Segura?
-Iré a practicar y a cambiarme.
-De acuerdo.

La chica mentía. Una fiebre le atacaba. Moverse le era difícil.

-Ella se ve terrible - opinó Judy - ¿Creen que resista?
-¿No confías en tu trabajo? - replicó el joven Bessette.
-No es eso.
-No le des vueltas.

Mientras pasaba el tiempo, la gente poco a poco ocupó las gradas. Amy se alegró mucho al ver que Carlota portaba el vestido rojo que le había regalado. Su amiga cumplía el juramento de portarlo en su primer torneo trascendente. Casey por su parte averiguaba si Urmanov andaba por allí al tiempo que Ricardo y Gwendal conversaban. Algunos arrojaban rosas por adelantado y los reporteros realizaban entrevistas a las tres aspirantes que iban de líderes. En medio del bullicio, el técnico fue retirando a las niñas para pulir la pista. Tamara y Judy ocupaban sus lugares. Anton llamaba la atención con un disfraz de bufón y unas maracas, estaba dispuesto a robarle cámara a Joubert y lo consiguió hasta que Verner se apareció y saludó al novio de su compañera, provocando alaridos. Las exclamaciones de ¡Guapo! y ¡Casanova! apenaban al chico Bessette, quién recibía además cartas, dulces y varios regalos.

Con puntualidad, los referees reanudaron su trabajo con un primer grupo de patinadoras bastante deficiente. Los entrenadores de los clubes veían con decepción los puntajes de una estructura evaluadora que no alcanzaban a entender. Evan Weymouth corría para evitar un regaño. Eva, traviesa como siempre, lo llevó a gayola, dónde nadie pasaba. Michelle Kwan aceptó que estaba a un segundo del bostezo después del primer hit.

-¿Quién no? Así es esto, lo emocionante es hasta el final y a veces ni eso. La mayoría en los Masters prefiere los programas cortos porque son más reñidos.
-¿A cuántos has venido?
-Como espectadora, a dos pero en senior. Como entrenadora es mi estreno. Este concurso es deprimente pero necesario.
-Vamos Tamara, no será peor.
-Con las del segundo grupo sabrás que sí puede.

Caídas, olvidos, detalles con los botines y tedio, eran el toque de algo que no mejoró hasta que Anna Ponor concretó la primer actuación limpia de la noche. No se alzaría en el podium pero no quedaría en el sitio trece, de dónde partía por obtener cien puntos en su libre, algo bastante bueno a su edad, once años.

El receso prometía a los dos grupos que peleaban por la ansiada clasificación; pero el más interesante era el conformado por las cinco mejor plantadas. De acuerdo al orden, Carlota saldría como la primera de ese bloque. La ansiedad de Judy molestaba a Tamara. El viejo del muelle paseaba por los asientos entregando caramelos. Al acercarse a Anton, se rió de su atuendo y sacudió su cabello. El niño se resignó y espontáneamente dijo:

-Tóquenme el cráneo todo lo que quieran, soy un futuro calvo gracias a ustedes.
-Primero llegas a los noventa y siete antes de ver un solo pelo en la almohada.
-Qué buena onda, Dios se lo pague.
-¡Ja ja ja! Ya me vi haciendo eso.

El chico Maizuradze miró con extrañeza al anciano que bendecía a De Patie, seguramente creyendo que un delirio quijotesco lo aquejaba. En los adultos mayores más avanzados era normal o eso sostenían los geriatras que impartían talleres para esa población.

-Ya van las penúltimas. Moriré.
-¿Te calmas Becaud?
-No sé cómo lidias con esto Tamara, a mí me dan escalofríos.
-Siéntate y no hables; funciona.

Las chicas se tornaron más ofensivas. Su diferencia en puntos era mínima. Cualquiera podía ser la ganadora. Los programas estaban calificando entre noventa y cien puntos. El penúltimo grupo colocaba en situación crítica a las demás. Tras bambalinas, Carlota procuraba mantener los pensamientos en blanco y realizar estiramientos mientras aguardaba su anuncio. El técnico le preguntó si se encontraba lista. Joubert le dió la mano y le ayudó a salir cuando las voluntarias recogían los ramos dedicados a otra pequeña que la halagó por su vestido.

La niña Liukin vió fijamente al señor que por alguna razón le apoyaba. Éste le daba unos consejos como no observar al público y reforzar sus agujetas además de cubrir sus patines con las mallas para evitar roces entre ellos que pudieran ocasionarle un accidente. Joubert la besó discretamente cuando los jueces voltearon hacia otro lado. Ella dió la media vuelta.

"From Universitary Skating Club, Carlota Liukin"

Una recepción calurosa no la distrajo. Daba vueltas a la pista mientras le indicaban cuando colocarse en posición.

Evan le comentaba a Eva que su instructor consideraba a la patinadora una persona carente de talento pero el interés del joven Weymouth radicaba en conocer su rostro de una buena vez. Quería saber porque Anton parloteaba tanto sobre ella, pero su novia lo distrajo.
Cuando la cámara hizo un close up, Amy descubrió en Carlota un gesto nuevo, extraño.

"Music: Romeo and Juliet by Nino Rota"

Con las manos en el pecho, la niña Liukin esperó un par de notas e inició su rutina. Su elemento inicial era un salto y comenzó a prepararlo. Tamara, al principio titubeó pero un crujido más inestable de lo normal la hizo murmurar:

-Va mal.

Judy alcanzó a escucharla.

-¿Qué?
-¡Carlota corrije, por Dios! ¡Sigue de largo!

Pero era de suponer que la niña no se percató y se impulsó para girar, sin poder apoyar su pie derecho al aterrizar, yendo al piso. Un ¡Doh! se dejó oír por el recinto. Ella continuó pero en su segundo salto, la falta de velocidad ocasionó que se apoyara con las manos para no caer.

-Adiós Nacionales - susurró Tamara con pesar. Judy no pudo disimular el llanto.

La gente aplaudió para que siguiera, como un gesto solidario. Amy lucía desangelada, Ricardo no atinaba a reaccionar. Joubert imaginaba lo que pasaría en cuanto terminara. Al tercer salto, Carlota logró estabilizarse y concretarlo correctamente junto con un par de piruetas compuestas que provocaron una ovación. Cuando llegó el turno del giro doble, el viejo exclamó:

-Esa chiquilla fallará lo que gusten, pero nunca un axel.

Y así fue. Evan miraba atónito la actuación más inspirada que atestiguaría en su existencia. Lena Tarasova soltaba lágrimas desde su puesto de jurado. Anton estaba seguro de que una secuencia de extensiones como las que Tamara le mostró a la chica Liukin, nadie la haría con tanta gracia y menos una coreografía tan completa que desembocaba en una fenomenal pirueta. Al concluir, Carlota se había ganado el respeto y el corazón de los asistentes. Le gritaban que la amaban. Irina Astroskaya casi la reverenciaba; pero ella tenía el corazón roto. Sollozaba y se daba topes. Se despedía avergonzada y enferma.

Joubert no dudó en rodearla. Ella repetía "lo intenté, lo intenté". Evan contemplaba aquella escena con una comprensión muy especial.

-Cualquiera patina Romeo y Julieta pero ella.... Ella es Julieta.**

Algo presintió Eva que enseguida sacó al joven Weymouth de ahí. En el Kiss and Cry, ya con resignación Carlota supo sus calificaciones:

"Score please
 Technical Merit 55.22
 Program Components 62.41
 Deductions 1.00
 Free program score 116.63
 Short program score 54.40
 Total segment score 171.03
 Carlota Liukin from Universitary Skating Club is 1st place"

Los resultados del resto no importaban. La mirada extraviada de la niña impresionó mucho a las muchachas que la veían en vestidores.

-No debo continuar, no puedo con la presión. Me esforcé, en serio, pero no tengo carácter, no tengo lo que se necesita para hacerlo bien ¡Soy una persona débil y !... una muy cobarde.
-No, no lo eres Carlota. Te repusiste, otras piden ser descalificadas por menos, lo hemos visto.
-Es mi sueño Joubert y no soy capaz de...
-Ven aquí.

Anton coreaba el nombre de su amiga en la tribuna y David lo seguía. Franz se la pasaba haciendo cuentas con las rivales. Yumiko Ando y dos más se quedaban en el intento de hacerse del liderato porque sus rutinas no agradaron a nadie, pero Kiira ya estaba enfrente, confiada y con limpieza en sus recursos, cerrando las hostilidades. Todo mundo supuso que la victoria estaba en su mano ya que aparentaba ser la reina de la noche.

"Score please
 Technical merit 57.26
 Program components 55.34
 Deductions 0.00
 Free program score 112 .60
 Short program score 58.00
 Total segment score 170.60
 Kiira Meier from Universitary Skating Club is 2nd Overall"

El asombro se apoderó del ambiente. Franz giró hacia el venerable.

-Haz errado. No metí mis manos en esto.
-No entiendo.
-La mitad es mi voluntad y la otra son las decisiones que ustedes toman.
-¿No es un milagro?
-No culpes a este viejo.

Tuvieron que avisarle a Carlota que se erigía como vencedora. Más aturdida que antes, se limpió la cara y su novio la condujo a ver la pantalla con los totales.

-¿Es una pesadilla, verdad?
-Ganaste.
-Esto no está bien.

Kiira le dedicó una mirada fúrica. Se acababa la diplomacia en ese instante. Con la ceremonia de premiación por iniciar, la niña Liukin apreció en las repeticiones el ejercicio de Meier. Era una terrible injusticia. Buscó a los jueces para renunciar a su resultado ante unos espectadores desconcertados pero Oppegard, con un tono helado, replicó que la deliberación era inapelable. No importó cuánto insistía, ni siquiera Carroll accedió a atenderla. Con remordimiento, volvió a la zona técnica. Las luces enfocaban un modesto podium. Yumiko recibía su aclamación como tercera y al iluminar a Kiira Meier, los vítores se avivaron más. Carlota no deseaba reclamar su triunfo pero al oír su nombre no tuvo remedio. Anton realizaba una gran fiesta desde su sitio. Sin hacer escándalo, la pequeña recibió del rector Jeunet su constancia de certificación, su pase a los Nacionales, un diploma y un cheque. Discretamente, entrego sus reconocimientos a Kiira diciéndole que ella era la mejor, pero ésta no los quiso y gritó:

-¡Piérdete!

Joubert consoló a Carlota quién ya no podía más con la hipertermia y se recostó en el hielo. Había conseguido su objetivo, pero lejos de enorgullecerse, se adueñó de ella un atosigante sentimiento de culpa.

*Diminutivo de Carlota.
** Cuando Sasha Cohen fracasó en su intento de obtener la medalla de oro en los olímpicos de Turín 2006 (video a continuación), Peggy Fleming le dedicó esta frase narrando en vivo para ESPN (Por motivos de copyright, ese material no está disponible). 

martes, 23 de agosto de 2011

La novatada


Carlota le pidió al técnico de la pista que la acompañara en el *Kiss and cry y a Joubert que permaneciera en backstage. Viktor Urmanov había conseguido una acreditación de prensa con sólo pedirla a la entrada. Él regresó a Tell no Tales exclusivamente por la niña. Ésta lo reconoció y le dió un fuerte abrazo además de presentarlo con su novio.

-¡Qué sorpresa!
-No me puedo perder tu actuación.
-Estoy muy nerviosa.
-Igualmente.
-Él es Joubert.
-Un gusto. Viktor Urmanov a tus órdenes.
-Gracias.
-¿Eres su asistente?
-Sólo por hoy, mañana estaré con ella saludando a las cámaras.
-Supe que los entrenadores no se pueden acercar a sus patinadores en esta competencia.
-Tamara y Judy la verán en las gradas.
-Me alegró mucho saber de Didier. Le estreché la mano hace unos minutos. Tenerla de apoyo es fantástico. Buena elección Carlota.
-¿Sabes quién es? -preguntó la chica Liukin un poco sorprendida.
-Por supuesto, la conocí en su primer europeo en el 91. Recuerdo que ganó la plata y no soltó el podio hasta que se retiró.
-Me contó.
-Estoy seguro de que ha hecho un trabajo maravilloso contigo.
-No me has visto.
-¿Quién dice que no? Te observé esta semana. Suerte.

Urmanov tomó su lugar de apócrifo periodista cuando las pantallas se encendieron para dar a conocer el orden de salida. Ingo Carroll estaba listo para evaluar el desempeño de las chicas y estaba particularmente ansioso por calificar a la joven Liukin. Justo detrás del panel de jueces, Michelle Kwan no podía entender la actitud de su maestro. Se suponía que ni siquiera ella debía poseer expectativas por el concurso. Cerca, Anton comenzaba con sus gritos de apoyo y Ricardo y Gwendal ocupaban sus asientos al lado de la señora Becaud y Tamara. Andreas y Adrien llegaban con retraso y lo mismo sucedía con David y Amy que portaban unas playeras con la leyenda "We love you Carlota" que recogieron del taller de serigrafía apenas unos minutos antes.

-Te trajimos una Anton.
-Gracias David.
-Pensé que no llegábamos ¿Palomitas?
-Te invito unos nachos.
-Hecho.

En la espera, los alaridos hormonales continuaban. El chico Maizuradze se percibía fastidiado.

-¿Podrían dejar de enfocar al señor apuesto? - expresó refiriéndose a Joubert.
-No te harán caso, es aclamación popular - contestó Michelle - Además, el tipo es guapo.
-Estoy más bonito.
-Pero pareces el chiquillo que casi todas aguantamos en casa.
-¿Ah sí?
-Eres muy simpático, niño.

Anton se colocó la camiseta y se cruzó de brazos. Franz le sacudió el pelo.

-¡Vaya manía la de agarrarme la cabeza!
-Es para que te animes.
-Usted no es la chica de hace rato.
-Oh ... Ante eso me abstengo de opinar.
-¿Y a qué vino usted?
-Carlota es hija de personas que aprecio.
-Bueno... ¿Me ayuda a colgar la manta?
-No me niego.

Cuando Franz instaló la tela, la primer contendiente salió a la pista. Jean Becaud llegaba para situarse con su mujer que no lo esperaba. Ansiosa, ella apretó su mano.

-No entiendo porque las niñas se matan por esto.
-Es su sueño.
-Seamos realistas; la mayoría no lo cumplirá.
-Algunas obtienen becas, otras se llevan las preseas y hay quiénes sólo lo disfrutan.
-¿Te sentías feliz cuando caías?
-Jean..
-Es una pregunta inofensiva.
-No era lindo.

Tamara les pidió guardar silencio mientras pensaba que Becaud era un imbécil. Su única esperanza era que las cosas salieran bien esa noche para no oír un comentario agresivo más. Le preocupaba un poco que Joubert fuera afectuoso y Carlota recibiera una amonestación disciplinaria pero la seriedad de su alumna se hacía patente.

Al exterior, el viejo del muelle encontró a Casey Low y le regaló su entrada. Como ella no tenía qué hacer, la aprovechó. Para su sorpresa, su butaca era la contigua a De Patie que la recibió con toda afabilidad.

-No pensé que te gustara.
-Me aburre.
-¿Porqué viniste?
-Matar el tiempo.
-¿Nadie te ha invitado a salir?
-Cuando eres la persona a la que le arrojan sopa y le gritan "púdrete Low" no puedes esperar una fila de admiradores con ganas de citas. Ser abogada tiene sus riesgos.
-Ciegos.
-Me encontré al anciano, te manda saludos.
-Gracias.
-¿Porqué esa sonrisa de conmovido?
-Aprecio mucho al señor.
-¿Porqué besas el crucifijo?
-Costumbre y gratitud. Espero poder explicártelo pronto.
-El viejo me convenció de venir. Me dijo que debe atender otro asunto y no quería desperdiciar el boleto.
-Créeme, fue un gran obsequio.
-Estoy en el paraíso de la comida chatarra, el ejercicio extremo y las excentricidades.
-Curiosas coincidencias.
-Necesito ambientarme ¿Quiénes son las favoritas?
-Dos pequeñas que no pasaron el corte de certificación, sus nombres son Yumiko Ando y Kiira Meier.
-Mi comprensión terminó cuando hablaste de corte.
-Fue un torneo el mes pasado. El premio era asistir a las Nacionales y las que están aquí son las mismas que no calificaron para diciembre.
-Entonces es la guerra.
-En términos estrictos, sí.
-¡Doh!

Exclamaron al unísono al darse la primer caída de la noche.

-Pobre, la va a pasar mal con las notas.
-Oficialmente ya me interesa.
-No te rías Casey.
-No es por ella, lo que pasa es que Gabriela y yo nos burlábamos de estas cosas y de las gimnastas, ahora descubro que no sé nada.
-Te voy explicando.

Los aplausos eran tímidos aún. Ricardo giró hacia De Patie para preguntar la hora y al descubrir a Casey fue cortante. Pensó que ella le llamaría a Gabriela en cuanto viera a Carlota pero Franz le dió una palmada en el hombro y afirmó:

-No te preocupes, te cubriré; sólo prométeme que pronto le contarás a tu esposa.
-Te lo aseguro.

Amy contaba los minutos para ver a su amiga. Cada que una concursante finalizaba su programa, ella cruzaba los dedos para que las calificaciones fueran bajas, rezaba y hasta reclamaba al jurado alegando que habían sido dadivosos si otorgaban un cinco punto cero. Anton retornó a la calma un poco atónito. David procuraba tranquilizar a su novia acariciando sus mejillas pero no funcionaba. Faltaba un grupo para que la niña Liukin saliera. Yumiko Ando se llevaba la gran ovación al ritmo del "Fantasma de la ópera". Tamara comentó que la puntuación sería de regular a buena.

"Technical merit  5.5 5.7 5.5  5.6  5.6
  Presentation  5.6  5.6  5.7 5.7  5.7
  Total Score: 56.20
  Yumiko Ando from Universitary skating Club after short program is 1st place"

-Me enfada escuchar todo en inglés - señalo Judy - ¿Y porqué dan la puntuación total sin descontar las calificaciones más altas?
-Bienvenida a la innovación, están combinando el sistema viejo con uno nuevo.
-¿Qué?
-Siguen calificando el conjunto pero ahora lo suman. Mañana ya no verás del cero al seis sino del cero hasta dónde califiquen los jueces el programa libre. Oppegard y Tarasova propusieron que se cuente por segmentos en vez de la rutina completa y la federación de patinaje está sometiendo la idea a prueba en eventos no oficiales, aún no me queda claro si funcionará. En las nacionales todo será como lo conocemos.
-Qué embrollo.
-Te apuesto que todos estamos confundidos. En el Torneo de Selectivos, Maizuradze tuvo la puntada de decir que la nueva evaluación era un caramelo rancio.
-Ése niño.
-Confieso que a menudo me mata de risa.
-Con él es inevitable.

Casey reconoció a Carlota cuando esta salió al último calentamiento. Por su expresión, Franz intuyó que saldría buscando deprisa a Gabriela. Con firmeza, la sujetó del brazo. Ella lo miró.

-Te acompaño.
-No Franz, te lo agradezco.
-Insisto.
-Es privado.
-¿Por eso tienes tu agenda con el número de Gaby?
-Su hija no debe estar en un lugar como este. Me asusta que de pronto le haya dado permiso. ¿Enloqueció?
-Su esposo se hace cargo,

Urmanov aprovechó para dar un consejo a la chica Liukin y le tomó una foto. Franz se dió cuenta y avisó a Ricardo. Conteniendo a Casey con dificultad, le confesó que Gabriela no sabía que su pequeña competía esa noche.

-Ah.. Entonces le va a encantar ser la última en enterarse.

Tamara volteó y añadió:

-¿La madre de Carlota no tiene idea? ¿Quién firmó el permiso que me entregó cuando comencé a entrenarla?
-Franz sabe falsificar.
-¡Casey!
-¡Alguna virtud detestable debías poseer, santurrón! ¡Ahora gritaré para que me escuchen y me dejes ir!
-¡Me importa un comino, no te levantarás!
-Si los jueces se enteran de esto van a descalificar a la niña y me van a suspender dos años!
-¡Puede demandar a De Patie!
-¡Yo tracé el garabato! - Dijo Gwendal - ¡Y si usted se atreve a revelarle a mi cuñada que mi sobrina desea ir a las Nacionales juro que me la paga!
-¿Me amenaza?
-¡Por supuesto!
-¡Óigalo bien: Trabajo en la Fiscalía y por lo que usted me expresó puede ir a la cárcel cinco años!
-¡Denúncieme, pero usted no abrirá la boca ¿Entendió?!

Callaron. Los amigos de la joven Liukin habían escuchado todo y los veían con extrañeza. Anton repitió el gesto del pájaro parlanchín que le dedicó a Joubert, llevó sus manos a la cintura y sin pudor reclamó:

-¿Terminaron? Porque me cansé de tanta estupidez. De Patie ¡Compórtante! Tú Gwendal te calmas y usted señora fiscal, se sienta y deja todo como lo encontró. Si sacan a Carlota de la competencia y le prohíben practicar sabré que usted fue con el chisme y le arrojaré huevos podridos; peor le irá si hacen llorar a mi chica.
-No es tu chica - intervino David.
-¡Cállate! Y para todos: Clausuren el pico ¿Quieren?

Con el ceño fruncido, el chico Maizuradze volvió a su sitio.

-Ya casi le toca a Carlota, por si ocupan.

Ricardo simulaba muy bien una tranquilidad inexistente cuando tuvo de frente a Urmanov. Aquello terminó con un diplomático apretón de manos.

-Si fuera él, lo echaría - comentó Franz.
-Yo lo mataba a tiros.
-Sería la nota de ocho "Fiscal arrebata la vida a Viktor Urmanov"
-No me daría pena ese titular.
-Lo enmarcaría.
-Te daría mi autógrafo.
-Excelente.. Con sinceridad ¿Le dirás a Gaby?
-Soy su amiga, no le puedo ocultar nada.
-¿Harás una excepción?
-No; pero más le vale a Carlota llegar a las nacionales, no se retirará en vano.
-Gracias.
-Parece que Ricardo ya no se moverá de allá.
-Deberías confiar más en él, créeme.

La música interrumpió la charla. Los rusos no paraban de vitorear a sus pequeñas. Poco a poco, las ovaciones fueron aumentando. Kiira Meier obtenía cincuenta y ocho puntos.

-The next skater, from Universitary Skating Club, Carlota Liukin.

La niña recorrió la pista y sus amigos comenzaron a hacerle sentir su apoyo. Anton usaba un silbato y David arrojaba confeti. Judy sacaba su rosario y cerraba los ojos, Tamara chascaba los dedos, Gwendal prendió su cámara.

Joubert observaba por el monitor del área de vestidores. Amy alcanzó a decirle a Carlota que le deseaba buena suerte cuando se suscitó el silencio. Ella tomó posición y la saludó con su mano; segundos después, el vals elegido por la señora Becaud se apoderó del ambiente.

Aunque nerviosa al principio, la niña consiguió salir airosa con sus saltos y sus piruetas gustaron bastante. Tamara Didier sonreía con alivio. Durante el programa, la chica se percibía confiada y alegre. Finalizando tranquila, ella sintió que había cumplido con su cometido. Recibiendo por primera vez peluches y flores, abrazó al técnico y otorgó besos a la gente cercana. En las pantallas pasaban la repetición de los momentos mejores momentos y se colocó en el sillón para ver sus notas. Joubert se acercó a darle agua. El sonido local cesó la algarabía.

-"Pay attention please"

-El momento de la verdad. Más vale que tus oraciones funcionen Judy.
-Nunca falla.

-"Technical merit: 5.2  5.3  5.3  5.4  5.3"

Carlota no entendía. Su rutina era buena. El técnico de la pista movía la cara de un lado a otro, incrédulo. Los jueces no esperaban el abucheo.

-"Presentation: 5.6  5.6  5.5  5.6  5.6
Total score: 54.40.
Carlota Liukin from Universitary Skating Club is 5th place"

-No puede ser ¡Le acaban de robar de Carlota! - protestó Amy.
-¡Son unos vendidos!

Kwan decidió replicar el comentario. Estaba ofendida por el adjetivo que Anton empleó para referirse a los evaluadores. No iba a permitir que injuriara a su maestro.

-¡¿Cómo osas llamarle así a esta gente y a Carroll?! El jamás ha dado una calificación injusta!
-¡¿Usted qué sabe?! ¡Hace dos años, Evan Weymouth quedó fuera del equipo nacional y su entrenador hizo que le cambiaran las notas! ¡Por eso pudo ir al mundial! ¡Y en diciembre si no se lesiona Weir también se habría quedado en casa!

Franz preguntó.

-¿De dónde sacaste eso?
-Pregúntele a cualquiera. Me bajaron al segundo después de que se "equivocaron" en la puntuación. Evan se la pasó haciendo saltos dobles en el programa largo y los demás por tarados nos esforzamos con los triples. Jeremy Buttle ni siquiera reclamó porque Carroll era su instructor. Al día siguiente sus padres rompieron su contrato para irse con Oppegard. Cuando me ganó en el Grand Prix, tampoco fue por su esfuerzo. Un tipo le ordenó al jurado darle el gane. De milagro en los europeos lo pusieron en su lugar y después yo me encargué en Moscú. Siempre le han dado a Evan lo que no se merece; yo lo estimo mucho pero no voy a dejar de decir la verdad.
-Sonaré a ardida pero debo concederle la razón a Anton - agregó Tamara - Como juez y entrenador, Ingo Carroll a veces juega muy sucio y más cuando tiene favoritos... De las personas que no le agradan, mejor ni hablamos.

Joubert abrazó a Carlota quién continuaba desconcertada por lo sucedido. Su pase a los nacionales peligraba y la sola posibilidad de fracasar otra vez la paralizó completamente.

*Kiss and cry: Así se le denomina a la zona dónde los patinadores conocen sus evaluaciones.

jueves, 11 de agosto de 2011

Un día con Eva


Para Aljona & Robin

El grito de "¡Te odio!" ya bastaba para que los estudiantes de la facultad de Arquitectura murmuraran acerca de la mala relación existente entre Lucas De Vanny y su hija Eva; los constantes caprichos de la joven y sus arranques de impaciencia eran igualmente rutinarios pero jamás habían pasado de ahí hasta esa mañana. Al negarse éste a concederle un permiso, ella reaccionó propinándole una cachetada en la cafetería con toda la intención de humillarlo. Isabelle contuvo a su compañero tomándolo del hombro.

-Deja que se vaya, lo discuten en casa.
-No lo podemos dejar así.
-Te montará otra escena y de eso has tenido suficiente ¿No crees? Mejor siéntate y cálmate.

Consternado, Lucas recogió los planos que soltó en medio de su desconcierto.  

-Estoy muy cansado.
-Comprendo.
-Es el trabajo, no atiendo a Eva como se debe; me falta tiempo.. Es lo que echa en cara diario.
-Te chantajea Lucas y te grita si no cedes.
-Debí dejarla ir de compras con sus amigas.
-Sabes que nunca va a dónde dice.
-Ingo Carroll me reclamó porque ella interrumpió su clase ayer. No supe dónde meterme. Por eso la castigué.
-¿Qué hizo?
-Eva gastó en una pancarta y luego se le ocurrió meterse a la pista a saludar con globos y confeti. Tardaron mucho en retirar todo. Me enteré de que se la pasa asediando al grupo de Carroll.
-Ella odia el patinaje.
-Le gusta un tal Evan Weymouth.
-Rayos.

Hubo un pequeño instante en el que Lucas respiró agitado.

-Estaba en la lección cuando escuché que los estudiantes llaman "zorra" a mi hija.
-¿Cómo respondiste?
-Una reprimenda exigiendo un poco de respeto. Los detalles de la vida íntima de Eva son de dominio público. No me extrañaría confirmar que ella misma divulga sus conquistas.
-A nadie le consta si las habladurías son verdad y Eva no estaría presumiendo su alcoba.
-La creo capaz, siempre le ha dado por alardear.
-Entonces no tengo un buen consejo.
-Y llega el inevitable minuto en que pienso que algo me salió terriblemente mal.
-Lo que haga Eva dejó de ser tu culpa hace mucho. Le diste buenas bases, no las quiere. Ella decide comportarse con pésimos modos, no quedó en tí. Realizaste un gran esfuerzo al educarla pero es una mujer que decide, piensa y construye por su cuenta.
-Soy demasiado blando ¿Verdad?
-Eres el mejor padre que he tenido el gusto de tratar. No te tortures.

De Vanny miró a su alrededor. Los alumnos sentían lástima por él aunque le estimaban mucho.

-¿Tendrás clase más tarde?
-Ya terminé aquí Isabelle.

Eva pululaba por ahí todavía hasta que apareció el joven Weymouth.

-¡Hey Evan! - exclamó la chica. Él se acercó, saludándola con un cortés beso en la mejilla. Ella se colgó de su brazo y se alejaron.

-¿Puedo preguntar algo Lucas? - Dijo Isabelle de repente al ver caminar a la chica De Vanny.
-Adelante.
-¿Porqué Eva siempre viste con algo rosa?
-El día que me reprochó no haber estado con su madre cuando murió, le contesté que me había quedado en casa porque Friedler me pidió vestirla de ese color y no encontré las prendas.
-Oh.. Lo siento mucho.
-Eso está en el pasado. Me marcho.
-Bien ¿Te veré mañana?
-A la hora que desees.
-Con tu permiso.
-Propio.

Cuando el docente se dirigía al estacionamiento, alcanzó a darse cuenta de que Evan ya no estaba con su hija. La adolescente conversaba con un grupo de muchachos de manera comprometedora. Ella distinguió a Lucas, pero no le importó si él reprobaba sus acciones. En la explanada de la facultad iniciaba un concierto.

Ingo Carroll se alistaba para realizar las evaluaciones en el Masters esa noche y siguiendo una estricta cátedra, consiguió boletos para todos sus pupilos, desde Michelle Kwan hasta el joven Weymouth.

-Vienes tarde Evan. No vuelvas perder el tiempo con la rubia.
-Disculpe.
-Abstente de juntarte con ella.
-Por supuesto.
-Mentiroso.
-No tiene nada de malo.
-Te distrae demasiado, ayer ni te concentrabas. Si te conviniera tratar con Eva De Vanny cumplirías tus horarios. Ve a buscar a tus compañeros.

Evan caminó por el campus infructuosamente topándose con Anton quién portaba una manta para alentar a Carlota.

-¿Cómo te va?
-Mejor que antes.
-Supe que ganas dinero en la pizzería de tu papá.
-Cuando necesito financiar un disparate lavo el piso.
-¿Sigues con las travesuras?
-Dejaría de ser un Maizuradze si las abandono.
-No te metas en problemas.
-Si, cómo no.. ¡Ah, qué chistoso! Jajajaja ¡Traes cara de regañado!
-Ya sabes como es mi entrenador.

Una risita suave silenció a los muchachos.

-Yo te quitaré el mal humor, patinador guapo.

Era Eva detrás de Evan. Ella los observó unos segundos y lúdicamente comenzó a desplegar su coquetería.

-¡Lindo niño! ¿Cómo te llamas?
-A.. A.
-Original, tu nombre es A.
-A... An.. Anton.
-¿Puedo hacerte un cariño en el cabello?

Anton tragó saliva.

-Supongo que sí.
-Tengo algo mejor.

La joven De Vanny besó en la nariz al chico Maizuradze, el sonrojo fue inevitable.

-Por eso amo a los pequeños, son toda inocencia ¿Ya viste Evan? Hasta holluelos en las mejillas se le hicieron a tu amiguito.
-Vaya..
-No me digas. Un día iré con su madre para felicitarla por este futuro bombón... No te asustes chiquitín, no muerdo.. - Guiñando un ojo - A menos que quieras.

Evan se quedó sin habla. Ella volteó, lo tomó de la mano.

-Tú me acompañas, hay un asunto que no va a esperar.
-Ando en otra cosa.
-¿En qué?
-Debo reunir a mis compañeros y llevarlos con Carroll.
-Aburrido pero te ayudaré. La diversión viene conmigo. Nos vemos luego Anton. Por cierto, gran detalle lo de la diamantina en tu tela, es muy creativa.

Ella se alejó lo justo para enviarle un beso al chico Maizuradze.

-Basta.
-Ya sacaste el mal carácter.
-¡¿Qué te pasa?! ¡Anton apenas cumplirá catorce!
-Intenté ser amable.
-Tratándolo como si fuera uno de tus frees.
-No te confundas Weymouth.
-¿También muerdes a los demás?
-Con chocolates.
-¿Qué?
-En la dulcería encuentras unas esferas que se llaman mordiscos de chocolate, en la tarjeta de la caja te preguntan si deseas que te muerdan.. Es como "¿Se te antoja?" o algo así.
-Cualquiera juraría que le tirabas la onda.
-Tú no eres cualquiera ¿O sí?

Evan se sentía intimidado. La actitud que ella poseía le parecía retorcida y descarada.

-Afortunado, no me comporto igual contigo que con otros.
-Nunca eres clara.
-¿Necesitas que sea más directa?
-Creo que con lo de ayer fue muy obvio.
-Entonces no entiendo.
-A veces me tratas con empalago y otras eres distante.
-Pero no te he besado.

El joven Weymouth vio a la nada.

-Oye, sé de mi fama de perra maldita, la mitad de las chicas me odian y encima soy un poco mayor que tú; a mí no me molesta que los hombres me busquen y si me agradan les doy entrada.
-¿Te da igual dormir con un universitario que con un turista?
-La verdad, sí.

Él suspiró.

-Jamás me tomo la molestia de perseguir o tener detalles con alguien, Evan.

El muchacho, inseguro, se despidió delicadamente. Ella quedó de una pieza.

Franz De Patie sorprendió al jovencito a las puertas de la pista. Titubeaba entre tomar su lugar en las gradas o salir corriendo. A pesar de la cautela que le manifestaba, Evan accedió a ingresar con el sacerdote y se sentaron juntos. Por casualidad, Anton se situaba en la fila de enfrente. Sólo movía la cabeza de un lado a otro mientras gesticulaba sin que nadie lo viera, incluso movía las manos. Interrumpió ese recreo brevemente cuando el camarógrafo enfocó a Joubert, quién desde la zona técnica provocaba los gritos y piropos de las jóvenes. El chico Maizuradze pronunció acompañado de una mueca de socarronería:

-Soy Joubert el señor maravilla, tengo cutis de bebé y además soy perfecto, los reflectores me adoran y  nunca cierro el pico, siempre huelo a loción de pasto, me meto dónde no me importa porque me creo el último adonis del planeta y conquisté a Carlota que es la mujer más hermosa del universo; no es de mi edad pero creo que la quiero y de paso hago pedacitos el corazón de Anton... ¡Ay, por favor! ¡Alguien sosténgame que lo voy a matar!
-¡Oh, espérate! - se interpuso Franz sin ocultar su risa - ¿A ti que te ocurre?
-Celos les llaman.
-Cuidado con esos arranques.
-Ya me enojé.
-Demasiado por lo que parece.
-Soy un ilustrísimo tonto.
-Ánimo, eso es lo que menos te caracteriza.
-No hay hombre más estúpido que aquél que sabe que le gusta una señorita y en vez de hacer lo que debe de hacer se queda pensando en cómo le va a decir que quiere con ella o se queda turulando porque tiene dudas; mientras llega otro, la ve bonita y se la lleva.
-Eso es cierto.
-Ya ni a quejarse a un rincón porque ni eso merezco. Con las mujeres no hay alternativa: Las deseamos y nos quedamos con ellas el tiempo que dure o las dejamos pasar por cobardes. Tampoco se vale hacerles preguntas, ni de la incumbencia de uno es lo que vivieron antes.
-No seas duro.
-Mejor me callo.

Las palabras calaron en lo más profundo a Evan. Se identificaba con la molestia de Anton, pero la diferencia radicaba en que Eva aún era libre. Su voz interna le dictaba actuar; el niño era la muestra de las consecuencias de no tomar las riendas oportunamente.

-¡Al diablo! - caviló - De una vez.

Imprevistamente, el adolescente abandonó la arena y en el teléfono más próximo invirtió sus monedas. Al primer intento, nadie levantó el auricular, pasó el segundo y el tercero. A un paso de rendirse, marcó por cuarta oportunidad. Una voz femenina le indicó que Eva no había llegado a casa pero no faltaba mucho para su arribo. Tomando el metro en el campus, descendió en la siguiente estación. La chica De Vanny estaba a punto de abrir la puerta de su edificio pero él no fue capaz de interpelarla. Prefirió aguardar otro poco y entró a una cabina. Su llamada fue atendida en el acto.

-¿Eva? - Ella reconoció su timbre.
-La misma, guapo Evan ¿Qué ocurre?
-¿Tienes tiempo?
-Siempre..  Más para ti.
-¿Te gustaría ir ..? ¿Cenamos?
-Me apetece ir a un bar.
-De acuerdo.
-El club Neon Wild está increíble, pero creí que hoy no podías salir.
-Cambiaron los planes.
-Pasa por mí en unos minutos.
-De hecho me encuentro en tu calle.
-¿Me seguiste? En fin. Dame quince minutos, adiós.

Al colgar, ella cambió sus mallas y su suéter. Sonreía con un poco de malicia al espejo y probó un nuevo labial. Su padre resignado, la vió salirse sin avisar mientras revisaba la correspondencia en su despacho para después asomarse.

-Lord Weymouth - Dijo Eva al tender su mano a Evan - He sabido que hoy pretende llevar a su princesa al baile.
-No se equivoca, su Alteza.
-Primero que me sigue el juego.
-¿Seguimos?
-¿Acaso le he solicitado el alto mi Lord?

Alegres, fueron a la playa. El rave en el pub era alucinante. Luces azules, verdes y moradas en discordancia con el animal print de la barra y las escasas paredes. El bartender conocía a la chica De Vanny perfectamente.

-¿Lo de siempre?
-No, babe, estoy celebrando...  ¿Qué deseas Evan?
-Supongo que un crystal vodka.
-Gran elección, muy masculino.. Y yo quiero un special neon.

Evan se consideraba fuera de lugar. Tanto bullicio le gustaba pero su timidez le impedía adaptarse rápido. Miró la extraña bebida rosada de Eva. Parecía parte de su vestuario.

-¿Contento?
-Este sitio es muy peculiar.
-¿Lo dices por los travestis?
-No.
-¿Qué pasa?
-¿Realmente te diviertes aquí?
-Vengo a fastidiar al dj pero no está.
-¿Qué tengo que hacer aquí?
-Digamos que sólo voy a demostrar que encontré a otra persona especial.
-Disculpa, yo no me presto a enredos.
-¿Saludar a un gran amigo es un problema? Joubert me conoce desde los tres años, es prácticamente mi hermano ¿Qué pensabas?
-¿Joubert?
-¿Sabes quién es?
-Anton habló de un Joubert que creo que se le adelantó y se ligó a una chica.
-¿El ruso rubito con el que platicabas en la escuela?
-¿Cómo supiste que es ruso?
-Por la voz... Pero cuéntame ¿Joubert tiene novia?
-No sé si nos referimos al mismo pero por lo que entendí, tiene una que esta noche compite en novice.
-¿Es una niña? Ok..
-Prefiero cambiar el tema.
-¿Y si platicamos en el panorámico?
-Acabamos de llegar.
-Pero aún no es tu ambiente.

Pagaron y tomaron dirección al muelle. Permanecieron callados hasta que él giró de pronto.

-¿Sientes algo por mí?

Eva se quedó perpleja. Parpadeando más que de costumbre, oculto su mirada. Entre dientes, masculló:

-No diré algo al respecto.
-Evitándome como siempre ¿Te cuesta tanto trabajo quitarme la incertidumbre?
-Me gustas ¿Así o más demostrativa?
-Eso es algo.
-No eres igual.
-¿Qué es lo que quieres?
-Estar contigo pero no me dices nada.
-Bien ¿Pero en qué plan?
-¡El que tú desees! Si es sexo, perfecto, me puedo divertir mucho; si es de novia, de inmediato dejo a mis amigos pero si no vas a abrir la boca entonces no vuelvas a buscarme.
-¡Es muy difícil!
-¿Difícil? Te explicaré qué es difícil: Difícil es ver como el tipo que amas pasa de ti cada mañana, difícil es saber que ni siquiera le importas y lo peor es cuando descubres que es un pobre cobarde ¿Sabes qué? No necesito eso. Suficientes idiotas me agradan como para perder el hígado por uno que no entiende que no pretendo pasar una aventura de tres semanas con él sino más de un año si realmente funciona.
-Te comportas de la misma forma conmigo que con tus pretensos.
-¡No puedo hacerlo de otra manera! ¡No me sale ser normal! ¡Descubrí que así me hacen caso!.. Escucha: sí es la primera vez que persigo a alguien .. Entiendo, te asusto y mis antecedentes no son buenos pero esperaba que tuvieras agallas y me preguntaras si yo sería tu chica o tu amiga con derechos.
-¿Amiga qué? ¡No! .. Eva, nadie es capaz de tomarte en serio.
-¿Tampoco tú?
-Me escandalizas y eso me fascina... A lo que voy es que me decepcionaría no resultar ser el mejor para ti o lo que estás buscando.
-¿Decepcionarme? Jamás.
-¿No me meterás en problemas?
-No, lo prometo.
-No me mates de celos.
-Evan, no te preocupes, en el fondo soy buena.
-Sólo te pido que no detengas mis prácticas.
-Carroll puede jurar que no interrumpiré a su estrella.
-¿Regresamos al club?
-Mejor voy a casa.
-De acuerdo.
-¿Somos novios, si mal no entendí?
-Sí.
-Le diré a mi padre.

Evan se despidió en la puerta del edificio de docentes. Eva encontró a Lucas intentando no dormirse para revisar un par de oficios y exámenes faltantes. Pensando que lo necesitaría, ella le preparó un espresso y programó la cafetera para despachar otra taza.

-Toma, papá.
- Es muy tarde - Mirando el reloj - ¿Dónde estabas?
-Fui al bar.
-Supongo que ese chico no tuvo suerte, esa es novedad.
-Es mi enamorado.
-Estoy tan acostumbrado a que llegues con mis alumnos y ni saludes que pensé que él no te agradó.
-Hace tiempo tus estudiantes no han entrado aquí, al último lo eché cuando quiso robarte las evaluaciones del semestre.
-Duerme.

Eva señaló:

-Distas mucho de ser mi héroe y nunca conseguirás que te ame pero quiero que sepas que no es tu responsabilidad. Haces lo que puedes pero no insistas en tratar de hacerme sentir algo que no existe. No te avergonzaré más. Buenas noches.

Lucas aguardó a que ella asegurara el cerrojo para que sus ojos se humedecieran. Dejó el trabajo un momento. Él la había defraudado pero no sabía en qué momento había sido aunque repasara cada instante de su vida. Suprimiendo en lo posible esos pensamientos, retomó sus tareas y acabó hasta entrada la mañana. Al llegar a la escuela, le tocó ver que Eva se encaminaba con Evan hasta un auto. Ella cargaba los botines del chico al tiempo que éste le ayudaba con sus libros. Terminaba el curso veraniego que la joven De Vanny había estudiado: Historia de la literatura fantástica tellnotelliana. Estaba inspirada en la leyenda del maldecido.

lunes, 1 de agosto de 2011

La última rima del verano (La voz en off)


Homenaje a "Amèlie" (Jean Pierre Jeunet, 2001)


"Ella esperó y él no tardó. Bajó a la ciudad convertido en su novio. Los padres seguramente han de estar reuniéndose en alguna calle preguntándose muchos porqués después de haberlo invitado a cenar el lunes... No los culpo, es su niña. Personalmente, yo buscaría al joven y formularía demasiados cuestionamientos mientras busco una explicación sensata; no creo en el amor a primera vista y menos en el enamoramiento impulsivo.


El viejo del muelle me ha pedido no desear saber pero me intriga su interés en esa nueva pareja de chocolate. Personalmente, dudo que funcione. Un adolescente con la testosterona al tope no combina con una infante que está dejando de serlo.. Hasta eso, yo esperaba a un chaval como el amigo de la pequeña pero el mundo es tan raro y enredado que nunca cumplirá con las expectativas de nadie... Aunque reconozco que este jueves he presenciado una de las escenas más felices que pueda recordar... O al menos, eso aparentaba...


¿Alguna vez han recorrido el barrio Poitiers? Es bonito y lo más parecido a París que se pueda imaginar, sólo falta una torre Eiffel. Él lo sabe, por eso la llevó. Ella lo mira con creciente ilusión. Es como si ambos se hubieran aguardado durante mucho tiempo. Cuando el muchacho ha descubierto la respuesta que buscaba, la certeza que necesitaba, se encontró con el privilegio de conocerla... He determinado concebirlo así para no revolver mi mente con las conjeturas innecesarias.


Los dos mascan chicle. Lo consiguieron en Bonbons Carousel, un lugar que en cualquier otro lado sería el paraíso para los amantes del azúcar... Si alguien tiene hijos le sugiero no pasar por el número cincuenta de la calle Cotillard...


¿Saben? Nadie puede advertirlo, pero ella enfrenta mañana el primer reto de su vida y el nervioso es él. Este jueves es el día de la calma previo a la tormenta. Hoy hubo tsunami, por cierto, pero Carlota y Joubert lo ignoraron. El ruido de la motocicleta contrastaba con el de la ola, jamás vi que al mar se le hiciera tal desaire. La niña cerró los ojos para juguetear un poco con el cabello en la nuca de él, que usaba el espejo a su derecha para contemplarla sonreír. Recorrían el vecindario sin contratiempos, con una intimidad bien establecida. 
Con intimidad quiero decir soledad; ambos tienen el poder de apartar a los testigos, me perdí en la carrera por seguirlos. Nótese que mi repentino entusiasmo proviene de evocar un paseo al que no fui invitado, ni siquiera debería relatarlo; no supe si ella lo besó alguna vez o huyeron al campo, tampoco si se detuvieron al encontrarse con Judy Becaud que pasaba por ahí aunque lo más probable es que hayan seguido enfocados en su abrazo involuntario. Carlota rodeó la cintura de Joubert con fuerza y él de vez en vez giraba un poco la cabeza para sentir el aroma de su amada"


-Estamos fuera - Anunció el programador.


-¿Qué dirían los escuchas si se enteraran que su cuentista es Franz De Patie?
-Se impresionarán y llamarán a la estación, Rector.
-¿Segura Phaneuf?
-¿Qué le ha dado por desconfiar de mis atinadas suposiciones?
-Franz no inventó la descripción.
-Muy listo Jeunet pero pasó por alto un detalle.
-¿Cuál?
-Siempre desconoceremos la parte interesante.


Audrey se impregnaba los labios de razón. 


En Poitiers, Carlota y Joubert carcajearon nerviosos de saberse observados por De Patie. No importaba si doblaban en una esquina o tomaban una calle exageradamente estrecha, su perseguidor era tenaz. El joven Bessette se prometió perderlo de vista y aceleraba gradualmente, improvisando el camino. Aprovechando una bajada, Joubert tomó la ventaja definitiva y se desvió hasta retornar a Cotillard, deteniéndose lo justo para estirarse un poco. Carlota le hacía cosquillas susurrándole palabras tiernas y cálidas. 


Emprendiendo ruta nuevamente, pararon en los miradores, sacaron fotografías y acariciaron sus labios. Ese atardecer en las calles solitarias dónde agonizaba la luz, fue el último del verano, un acordeón perdido por ahí ya tocaba "Automne Waltz" al tiempo que Carlota y Joubert comprobaban que en Poitiers, se encerraba no sólo una alusión a París: también cabía un rincón exclusivo para ellos, una de las aceras llevaba por nombre "Nathalie" y desembocaba en una espléndida vista que apuntaba al balcón de la niña.


-¿Quieres ir a casa?
-Sí, Joubert.
-¿Vamos directo o recorremos todo Tell no Tales antes?
-Me sobra tiempo.


Ambos tomaron dirección al siguiente barrio. Mientras duró la travesía motorizada, Carlota se dió cuenta de que había encontrado el amor en Joubert. Él supo que sus sentimientos hacia ella eran verdaderos.