Sandra Izbasa había pasado varias horas frente a su habitación cuando Adelina se dignó a salir junto a un chico que participó en el mundial de gimnasia como miembro del equipo varonil rumano. Ambos optaron por ignorarla y se fueron abrazados hasta el ascensor. La niña ahora planeaba una nueva travesura basándose en los chismes locales, así que compartió tal idea con su "ligue" y éste aconsejó conseguir los horarios de los programas de espectáculos que prácticamente saturaban los canales. Hammersmith contaba con una audiencia que adoraba el amarillismo y exigía marca personal a los famosos; hasta los políticos locales eran felices de protagonizar escándalos al lado de actores y actrices de televisión y los empresarios se dejaban captar por paparazzis sin importar que sus infidelidades o sus discusiones fueran la comidilla. El chiste era estar en boca de todos, salir en los medios a como diera lugar y claro está, traducirse en generar millonarias ganancias o inclinaciones electorales, cortesía del público conocedor, el que participaba en los comicios, encendía el televisor, comentaba en internet y compraba las revistas. En el Sur, se decía que la industria de la farándula en Hammersmith era monstruosamente poderosa.
Adelina sin embargo, encontraba edificante saber que después de todo ella no era tan miserable: la ciudad le había enseñado que siempre habría alguien más ruin o más tonto a quien exponer, que la pobreza se medía en base al exhibicionismo y la moral era un concepto indefinido que dependía de los publicistas. En una Hammersmith donde los sueldos orillaban al hambre y a diario mataban a cualquier cristiano (o musulmán o judío) por haberlo cobrado, había que reírse hasta que el estómago doliera porque aquella ministra de educación o ese stripper de la emisión nocturna poseían cerebro escaso y estando ebrios habían insultado a sus jefes. Mejor burlarse que llorar por la bancarrota o tirarse a la botella.
-¿Me invitarás un trago? - preguntó la niña a su acompañante.
-¿Qué se antoja?
-Cualquier cosa con vodka.
-¿No eres muy joven para beber?
-¿No eres muy viejo para acostarte con pubertas?
-Te traeré algo suave.
-Si hay un televisor me avisas.
-¿La broma va en serio?
-Nunca juego con eso. Amo este lugar.
El joven se encaminó al bar del piso inferior, llevándose la sorpresa de que estaba lleno. Desde luego, la pantalla del
sitio estaba prendida y parecía comenzar un programa de entrevistas muy atractivo ya que los otrora gritones y desordenados clientes se aferraban a permanecer en la barra guardando un silencio expectante.
-¡Adelina, ven! - exclamó el muchacho.
Ella forcejeó un poco con la gente y se colocó al frente. No demoró su novio de ocasión en entregarle una copa con una bebida roja pero al probarla, Adelina supo que no había un solo rastro de alcohol y furiosa miró al muchacho que sólo encogía los hombros y decía "ni modo".
-Tacaño - respondió la chiquilla que justo después conoció al invitado del show que se disponía a examinar.
-"¡Le damos la bienvenida a Luca Fabbri!" - gritaba la conductora y el público del estudio aplaudía insoportablemente pero con el entusiasmo que producía el morbo, las caras eran similares a las de gatos curiosos y las posturas asemejaban la de un cazador a punto del ataque.
-"¡Luca, enorme placer verte!"
-"Gracias por invitarme"
-"Toma asiento, qué gusto la verdad contar contigo esta noche, hay mucho de qué hablar"
-"Vengo dispuesto a platicar de todo".
-"¡Nos va a contar todo, querido auditorio!".
-"¿Por dónde comenzamos? Tengo entendido que ya doy la nota".
-"¡Espera un poco! Lo tuyo acaba de salir".
-"Ha sido catártico, en el pasado debí hacerlo pero la sanción se ha levantado y bueno, gané la demanda en su momento.
-"¿Qué te motivó a hablar ahora?"
-"Terminar con un período muy difícil y reivindicarme con el público y el deporte".
Adelina pensó que el dinero y nada más interesaba al entrevistado, pero prefería escucharlo antes de sacar una conclusión inmutable.
-"He leído tu charla con la revista española 'Realeza' y me ha dejado boquiabierta ¿Cómo fue que los federativos te sugirieron recurrir al doping para ganar el oro de Atlanta '96?"
-"Había una cantitad bárbara de millones en juego y coincidió con una época en la que mi rendimiento bajó drásticamente, yo competía demasiado al año, el "Giro" y la "Tour" eran mortales, no pude ir a una "Vuelta" y eso me mermó totalmente, cuando vino la temporada fuerte no me sostenía, terminaba las prácticas fundido y despertar era impensable. Una ocasión se acercó el presidente de la federación de ciclismo y me dijo 'mira muchacho, no te ves bien, te noto desubicado desde la Tour y tu desgano ya es grave, pero no te preocupes, ya encontramos la solución, ve con el doctor Giovanni Piresi, te va a dar unas vitaminas', yo no pregunté ni qué me iba a tomar. Como vi que otros pasaban por las inyecciones con tanta confianza, me dejé llevar; fui un tonto".
-"Entre los atletas que mencionas están varios futbolistas, muchos eran amigos tuyos y ahora 'si te vi, no me acuerdo', ha de ser duro".
-"La FIFA y los clubes protegen mucho al jugador, negocian sanciones; el ciclista en cambio está indefenso, la gente asume que uno recurre a sustancias por vulgar tramposo y no siempre va por ahí".
-"El doctor Piresi era muy famoso en Italia".
-"¿Cómo no? pero pocos sospechaban que sus medicamentos eran ilegales; nos juraban que era un nutriólogo".
-"¿Nunca sospechaste?"
-"A mí siempre me aseguró que tomaba B-12, confié en su palabra."
-"Lo que más me sorprende es la mente detrás del 'complot' del que te consideras víctima".
-"No me considero, fui y soy víctima hasta hoy. Eso es un hecho".
-"Hagamos memoria: En el '96 eras candidato a ganar los cincuenta kilómetros en Atlanta y eras la imagen de la delegación italiana".
-"También tenía que cubrir muchos contratos, tú sabes: firmas de autógrafos, publicidad, eventos.. La campaña de una marca de autos era la más lucrativa... Era una pesadilla, nunca respetaban mis entrenamientos".
-"En la entrevista has declarado que tu novia de aquél entonces te presionaba para aceptar contratos y ganar tus eventos porque los patrocinadores te pagarían más ¿no llegaste a decirle 'oye, no soy una máquina'?"
-"Claro, todo el tiempo, pero ella insistía. Es horrible ser controlado y tenerle miedo a una persona, me tomó bastante tiempo y una terapia recuperarme... Es duro".
-"En una parte has confesado que hay una sola cosa que quisieras cambiar y esa es tu relación con la mujer de la portada, de hecho te niegas a llamarla por su nombre".
-"Cuando platiqué con 'Realeza' no estaba listo para nombrarla, no sé, ella realmente hizo cosas inaceptables, es una mala persona".
-"¿Ahora estás preparado?"
-"Considero que sí"
-"¿Quién es ella, Luca? ¿Por qué te hizo tanto daño?"
-"Me cuesta un poco".
-"Toma tu tiempo"
-"Es complicado".
-"¿Alguna vez quisiste hacer como que no la habías conocido?"
-"A diario lo intento".
-"¿Te parece bien si vamos a una pausa?"
-"Por favor"
-"De acuerdo. Estimado auditorio volvemos después de unas menciones comerciales. El invitado de hoy es Luca Fabbri y continuaremos platicando sobre sus revelaciones".
Durante ese corte, Adelina no dudó en expresar que Luca Fabbri estaba en bancarrota, pero aquello era obvio. Lo que importaba era conseguir la dichosa revista que anunciaban en el programa y sumergirse en el chisme enterito para calcular cuánto valía la dignidad de un ciclista fracasado y qué clase de absurdos se necesitaban admitir o inventar para seguir sacando dinero de quienes se dejaran. Esta clase de circunstancias eran una verdadera escuela para Adelina.
-Andando - dijo ella a su chico - Tenemos trabajo.
Él la siguió sin más, el stand de prensa estaba en la planta baja y con poco dinero podía adquirirse un buen surtido, incluyendo la mismísima 'Realeza' que era especialmente tentadora al encontrarse a mitad de precio respecto a Tell no Tales.
Simultáneamente, Thomas regresaba al hotel con Carlota mientras Tamara leía desconcertada el artículo donde Fabbri admitía sus problemas de doping pero anteponía su perpetua condición de maltratado y alegaba sentir presión constante.
-Sana y salva - saludó Thomas - Ya puedes regañar a mi sobrina, estaba vagando en la isleta de enfrente.
-Estaba patinando, no vagando - añadió Carlota.
-Como digan - contestó Tamara con apuro.
-¿Todo bien?
-Ah, Thomas ¿podrías llevar a Carlota a tomar algo o lo que sea?
-¿Estás segura de que nada pasa?
Tamara enseguida se revolvió entre la gente que observaba el monitor del lobby no sin antes cerrar la revista y Carlota optó por seguirla.
-¿Te puedo ayudar en algo?
-No, niña, mejor descansa.
-¿Qué es esto?
-Una revista calumniosa, nada importante.
-¿Me la das?
-Sí, haz lo que quieras, rómpela, quémala, eh, da igual.
Carlota abrió los ojos como plato y se dispuso a enterarse de lo que inquietaba a su maestra.
-"Volvemos del corte comercial y le preguntaba a Luca Fabbri estos minutos si había decidido contarle todo a 'Realeza' y me ha sorprendido diciendo que no" - Se escuchó en el lobby, ocasionando que Tamara pidiera que se aumentara el volumen. Poco tiempo transcurrió cuando Adelina llegó al lugar y percatándose de que Carlota tenía el material que le interesaba, no dudó en arrebatárselo.
-¡Oye, la iba a abrir apenas! ¡Ni la portada he visto!
-Cállate y ve la tele.
-¡A mi nadie me calla!
-Lo mismo que lees en la revista lo escucharás ahora, no llores.
-¡Ay, te odio!
-Entre más lo dices más me agradas.
Carlota suspiró enojada y se cruzó de brazos, ignorando por completo que Tamara se ponía pálida y miraba al suelo, como si recordara algo muy importante.
-"Después de la medalla vino un cambio radical en tu vida".
-"Por lo sorpresiva, creo".
-"Comenzaste a ir a programas de televisión...".
-"Lo sigo haciendo".
-"Ja ja ja, eso es verdad".
-"Con ese oro empezaron mis problemas".
-"Pero no era malo al principio, declaraste que ganabas dinero, la gente te quería, pudiste comprar una casa y planeabas casarte con tu novia que era una mujer preciosa y muy exitosa".
-"Eh... Es cierto, era una etapa muy buena, parecía irme tan bien que no preví nada".
-"¿Pensaste que esa prosperidad te duraría?"
-"Fui muy ingenuo en confiar en que todo funcionaba, ¿entiendes? Me gustaba que la gente me viera y pensara: 'Este tipo tiene la vida perfecta', pero era lo contrario, a espaldas del público era un infierno".
-"En 1998 realizabas el Giro d'Italia cuando nos enteramos de que habías omitido unos controles antidoping previos a la competencia y te forzaron a pasar por el test en el que sale por primera vez un rastro de EPO ¿Es correcto?"
-"Así es".
-"En aquel momento aseguraste que era un falso positivo, que confiabas en la segunda prueba, pero se confirmó el resultado. Empieza un escándalo tremendo, pediste disculpas al por mayor, te retiran los patrocinios y se destapa el pastel cuando Giovanni Piresi confiesa que no te suministraba vitaminas, ¿Cómo tomaste esto?"
-"Me sentí traicionado porque, te digo fue una estupidez mía, yo ignoraba lo del EPO".
-"Lo que más llamó la atención en su momento fue que exonerabas a tu novia a pesar de que encontraron la sustancia en su casa, incluso en el juicio alegaste que ella desconocía lo que sucedía, igual que tú".
-"Ojalá no hubiera mentido en eso"
-"¡Explícame!"
-"Antes de acabar en el juzgado, Piresi me visitó y quiso que firmara un documento exculpando a mi novia, me dijo que eso haría todo más fácil".
-"¿Por qué tanto interés en ella?"
-"Piresi dijo que el COI tenía detectada una irregularidad en unas muestras de ella y pensaban ligarla a mi caso".
-"¿Por qué?"
-"Piresi también era el médico que la atendía".
-"¿Supiste que irregularidad era esa?"
-"Ella dio positivo en anfetamina y parece que cuando la consumió... Me enteré que estaba embarazada, por eso prendieron las alarmas en el COI".
-"¿Ella se drogaba sabiendo su estado?".
-"Sí"
Adelina alzó la ceja y rió de gusto.
-Con una historia así, hasta yo vendería mi alma por el dinero que le van a pagar a ese bocazas - sentenció. La entrevista continuaba.
-"¿Por qué ella tomaba esas pastillas?".
-"Durante años las consumió para no subir de peso, cuando se fue a Nagano a competir ya tenía las doce semanas y noté que había aumentado un par de tallas, no le pregunté nada. Del embarazo supe después cuando mi doping positivo".
-"¿Por qué ella no te contó lo del bebé en camino?"
-"Las cuentas no iban a cuadrar".
-"¿Qué dices?"
-"Hice memoria: si en febrero ella cumplió las doce semanas, yo no era el padre, así de simple".
-"¿Qué?"
-"Yo llevaba cinco meses sin verla por estar en la bicicleta, viajando, étc. Obviamente le pedí una explicación pero su abuela dijo que durante mi ausencia ella había recibido la visita de un tal Gwendal Mériguet que supuestamente era un 'amigo'. Con eso todo me quedó claro, me quité la venda de los ojos".
-¿Gwendal? - preguntó Carlota - Oye, Tamara ¿tienes idea de qué están hablando?
Pero Tamara se había marchado.
-"¿Tú sabías algo de Gwendal Mériguet antes de esta situación?"
-"Fue pareja de mi ex, ella solía platicarme sobre él muy de vez en cuando, supuestamente ya no se veían".
-"¿Sospechaste que él fuera el padre de ese bebé?"
-"Mi novia lo aceptó porque ya se había deshecho del problema"
-"¿Cómo? ¿Ella no estaba encinta?"
-"El bebé le estorbaba y lo abortó después de Nagano porque Piresi se lo recomendó; te repito que ella consumía anfetaminas y no las dejó".
-"Nagano celebró olímpicos de invierno ese '98 si no me equivoco ¿entonces ella participó con el embarazo en curso y encima las anfetaminas?"
-"Exacto"
-En 'Realeza' señalaste que el COI ya no la persiguió pero no dijiste el nombre de la competidora involucrada, aunque si escarbamos un poco, más de uno ya sabrá de quien se trata. ¿Ahora podrías mencionarla para el auditorio que no sabe o no lo recuerda?".
-"Me ha tomado cuatro años"
-"¿Sí puedes?"
-"Era Tamara Didier"
Carlota terminó de abrir la boca con esto. Adelina a su lado reafirmaba su cínico beneplácito.
-Ahora entiendo por qué a Tamara no le gusta soltar la sopa. Yo que ella, reclamaba mis regalías. Veré qué hacer con este drama, a mí los billetes no se me escapan.
La joven Liukin habría seguido en el lugar de no ser porque le dio por pedirle a su tío Thomas hallar a Tamara afuera. La última estaba a la orilla del río, mirando al horizonte.
-Aquí está.
-¿Hablo con ella por ti?
-No lo sé.
-Pienso que no debemos meternos, Carlota.
-¿La podemos esperar?
-Es más adecuado.
Pero Tamara en medio del sollozo oía sus voces.
-¡Bien, Carlota! Ahora ya sabes que soy una rata... Sólo para completar: Luca Fabbri, por chismoso, también lo es. ¿Sabes por qué encontraron el EPO en mi casa? Porque contraté al tal Giovanni Piresi para doparlo, porque si el imbécil llegaba a esa estúpida carrera de cincuenta kilómetros iba a echarlo todo a perder. Soy una horrible persona pero vi a mi alrededor y Gwendal no tenía siquiera un centavo en el bolsillo, estaba desempleado, lo acababan de correr del lugar donde vivía y no quise prestarle dinero porque no parecía que él llegaría a progresar o hacer algo de su vida, comencé a pensar que no era bueno tener un novio con tantos problemas y lo dejé.
-¡Pero lo amabas! ¿verdad?
-¡Ay, Carlota piensa! Fabbri tenía fama, propiedades y una buena cuenta bancaria, nadie vive de amor y aire.
-Fabbri no era invencible, Tamara.
-Yo quería que lo fuera, pero en el peor momento se le ocurrió dejar de rendir y lo presioné durante dos años para que se aplicara las inyecciones de esa basura. Con el dinero de las ganancias nos íbamos a casar y esas cosas que todo mundo sueña con hacer, pero se me ocurrió cambiar de entrenador y de colofón recibir a Gwendal en mi casa... Ingo Carrol me pidió que abandonara a Fabbri porque yo no lo quería. No le hice caso y mi abuela me aconsejó cerrar la boca para fingir que nada estaba sucediendo pero en Nagano descubrí que estaba embarazada. Interrumpí de golpe las anfetaminas y cuando patiné mi programa libre sufría de síndrome de abstinencia y ni siquiera me esforcé en concentrarme, tenía mucho miedo. Viste el video con el ridículo que hice... Yo no supe qué hacer, si fallaba en el mundial del mes siguiente perdería mis campañas publicitarias y Piresi detectó que mi bebé no estaba bien, me comentó que tendría muchas dificultades y entonces en vez de intentar hacer algo por mi hijo, le conté a Haguenauer y me acompañó a abortar.
Tamara se sentó en la arena, aprovechando que anochecía.
-Luego vino lo de Fabbri en el Giro d'Italia. Pagué su abogado, testifiqué a su favor, me hice cargo de sus cuentas y cuando perdí la vista, me dio la espalda.
-¿Le avisaste a Gwendal?
-Era mejor que no supiera.
-¿Qué pasó después?
-Me quedé en la calle, sola. Zhenya me encontró y me convenció de ir a Tell no Tales. Luego me reencontré con Gwendal y pensé: "tendremos una oportunidad, no volveré a hacerle daño" pero él se enamoró de Judy. ¡Todo me salió tan mal!
Tamara se recostó finalmente. A su alrededor escuchaba murmullos, voces mal intencionadas y a todo Hammersmith hablando de ella. Por su mente estaba Gwendal, pero presintió que él buscaría la manera de alejarse de ella.
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