El día previo a la fiesta de la beanies, la ciudad fue tomada por la policía debido a un incidente en el subterráneo. Gabriela y Casey se vieron obligadas a caminar desde la estación de Le sorcière hasta el centro de la ciudad. Antes, durante su espera en el andén, pasó un tren aparentemente vacío, sin imaginar que dentro los cadáveres yacían manchando de sangre todo; ocultos de la vista de los demás. Los autobuses brillaban por su ausencia.
A esa mañana caótica y trágica, se le agregaba el hecho de que varias fallas eléctricas tenían paralizadas las actividades cotidianas.
-Seguro alguien se aventó a las vías- Decían algunos
-Se averió una sub estación eléctrica- Opinaban otros
Casi nadie llegó a su trabajo o clases. Por el servicio de alerta se anunció:
-Se ha suspendido todo servicio de transporte en Tell no Tales hasta nuevo aviso
Esto provocó también el cierre de las oficinas. La gente volvía a casa a toda prisa. En medio de la confusión imperante, Vicktor aprovechó la ocasión para averiguar porque los Neo de pronto se habían esfumado.
Lo que hasta él ignoraba, era el hecho de que poco antes de las 6:50 de la mañana un grupo de ellos, a toda prisa, había entrado al metro. Un conductor reportaba que los pasajeros estaban muertos. A esa hora, muchos estudiantes abordaban y se dirigían principalmente a Lizze y Corti, en dónde se encontraban las Universidades. La estación de enlace, Soren, solía llenarse ya que todos la usaban para conectarse con las líneas correspondientes. Según la versión de este hombre, al principio no le fue extraño que nadie descendiera antes, eso era normal; pero al llegar ahí se desconcertó. Ninguna persona bajó y ningún movimiento se suscitó. Decidió proseguir la marcha porque también acostumbraban tomar la estación siguiente, pero entonces, un ruido en el túnel llamó su atención y decidió parar brevemente; como no hubo más siguió, pero en Jacotey salió a ver que pasaba... y lo que descubrió lo horrorizó. La gente en los vagones estaba desangrada, en el suelo, acuchilladas sin excepción, sin sobrevivientes. En eso, una explosión en el túnel por el que acababa de pasar se presentó. Alterado, usó el teléfono de emergencia del andén y en seguida se realizó la revisión de todas las instalaciones del sistema de trenes. Debido a la gravedad, los Neo se encargaron. Su orden fue clara: Limpiar las ventanas y ocultar los cuerpos. Todos los trenes empezando por ese debían ser llevados al centro de mantenimiento, Stendhal y debía identificarse a todas las víctimas, después, con toda discreción se entregarían a las familias. Ese tren pasó cuando Gabriela y Casey aguardaban en los andenes de Le Sorcière. No debía saberse lo ocurrido y enseguida se cerraron Soren y Jacotey. Los conductores fueron llamados a la estación de control, Klits, en el centro de la ciudad y todo se trataría como "dificultad técnica", respecto a las personas que se encontraban en otras líneas simplemente se les diría que salieran y se evitó que el transporte terrestre iniciara sus corridas para prevenir que alguien descendiera cerca del metro. Como medida extra, el Tren del Cielo también bajó la cortinilla y la carretera, ya de por sí bloqueada, fue reforzada con mayor presencia de agentes.
Gabriela decidió retornar a la campiña pero Casey optó por ir a la Biblioteca Baudrillard ya que requería de un libro con el que no contaban las librerías ni su escuela. A Gaby le pareció una mala idea pero, conociendo a su amiga y su forma de trabajo, no pudo detenerla.
Vicktor por su parte no tardó en percatarse que la calle estaba llena de gente extraña. El gesto los delataba. Al acercarse más, le pareció ver el símbolo Neo, sólo que este era ligeramente distinto. La flecha blanca ahora era verde y ya no la colocaban en la manga del saco; trataban de ocultarla. No sólo eso, varios de ellos se aseaban insistentemente las manos y también los guantes que portaban. También hablaban de Klits con poco cuidado.
Improvisando, logró entrar al subterráneo y buscó información. Puesto que existían pasadizos que sólo conocía él por haber extraído unos planos cuando llegó a la ciudad, tomó varios donde se lograba escuchar lo que decían todos los presentes. Así supo que escondían algo. Cuando dió con el túnel a Soren, caminó con más sigilo y pronto cayó en cuenta del río de sangre, retrocedió para saber de dónde venía y encontró el origen en la estación Kors. Sin entender que pasaba, volvió sobre sus pasos y llegando a Jacotey alcanzó a ver a los Neo limpiando y a algunas personas que eran sacadas para llevarlas al forense, ya que éstas eran profesores universitarios, muchos de ellos importantes. Observando detenidamente Vicktor se percató de que la nueva insignia Neo estaba tirada en la vía quemada.. prestó más atención y se enteró de que los agentes que tenía ante sí eran distintos. Entre los cadáveres también el símbolo estaba impreso.... Ya no podía pensar en nada; sólo sabía que los que limpiaban no tenían idea de quién había realizado la masacre.
-¡No puede ser! - pensó- ¿Acaso hay otros Neo? ¿Fuego amigo?
Y corrió a decírselo a Gabriela
El metro se reanudó a las cinco de la tarde y parecía todo normal. Casey salió a las ocho de la Biblioteca y se apresuró a llegar a Le Sorcière ya que por su poca afluencia era la estación que se cerraba a las nueve a diferencia de las otras que lo hacían a las dos y media de la mañana. Durante su viaje quedó profundamente dormida por lo exhausta que estaba. Despertó en su destino. Ella sabía que siempre llegaba sola a esa terminal porque pocos vivían en la campiña. Al descender alguien gritó
-¡Una sobreviviente!
Casey asustada corrió. En las escaleras cuerpos y más cuerpos estaban ahí. Un nuevo ataque, ahora en Schoenfelder se había perpetrado. Ella tenía suerte. Demasiada. La habían creído muerta. Ahora no eran apuñalados.. esta vez la asfixia cobraba vidas completas. El subterráneo quizá por descaro no se suspendió pero si se escondió de nuevo el daño. Ella, llevada por el instinto de vivir no se detuvo hasta que llegó a su casa. .. Contó todo a Gabriela y Vicktor le relató lo que había contemplado, así como lo de los nuevos agentes.. de los que nadie sabía.
Esa noche no durmieron. Al amanecer los tres salieron. Muchos dejaban flores en Le Sorcière, Schoenfelder, Soren y Jacotey. La Universidad de Humanidades había sido notificada del fallecimiento de un miembro de su cuerpo académico y de varios de sus alumnos y se exigió una explicación. Fue tan enérgica la posición de la escuela que no tuvieron más remedio que dar a conocer lo ocurrido. El Neo que había visto a Casey ya no la reconoció.
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