3 de enero de 2001
Eran las tres de la mañana y Pat Low en la bahía se vía cansada. Una sorpresiva llamada la despertó y a falta de café, descargaba su mal humor entre los técnicos que debían trabajar con ella.
-Más vale que valga la pena o me largo de aquí no me importa nada
-Creo que si te interesará
-De Patie ¿Qué haces?
-Departamento de Historia del Arte. Me contrataron para dar clases en septiembre
-Bien. ¿Te mandaron a ver?
-Algo así
-¿Y qué me levantó de la cama hace diez minutos?
-Si volteas un poco hacia dónde está Jeunet....
En efecto, esa madrugada fría revelaba uno de los misterios más emblemáticos de la policía de Tell no Tales. Un enorme barco sorprendió a Pat. Intacto e imponente.
-¡Oh por Dios! ¡Es el Oksana Savoie!
-Jeje por eso debías estar
-Este barco se hundió el quince del siglo pasado ¿Lo sacaron?
-Encalló
-¿Cómo?
-Llegó así tal como lo vez. Lo reportó el viejo del muelle
Ella impresionada preguntó a Jeunet quién trabajaría con ella.
-Tú eliges. Dos condiciones: Quiero a Franz en tu equipo y no puedes elegir más de dos personas
-De acuerdo. Pero no objetarás. Necesito a Elliot Cohen y a Audrey Phaneuf
-Cohen está presente. A Phaneuf hay que traerla desde Toud
-En tren son dos horas
-No tenemos más tiempo. Hay que retirar el barco antes de que la gente lo vea. El gobierno de la Ciudad quiere que se maneje con discreción. Primero los estudios y luego la noticia.
-Sin discusión quiero a Phaneuf en una hora. Que venga en helicóptero
-No pueden tripularse en Tell no Tales a menos que quieras un accidente
-¿Aviones?
-¿Es una broma verdad?
-Sí quería conocer tu reacción
-En tren si quieres. A las cinco y media o seis está aquí
-¿Qué haremos?
-Mover el buque
-¿A dónde? No hay espacio
-Dijo De Patie que en las cuevas de los acantilados
-Claro.. Cómo son grandes
-¡Ea! Que hablo de las cercanas a la campiña son inmensas para esto incluso. Lo único es que no hay con qué realizar maniobras
-Y quieren que el público no lo vea
-¿Y si utilizamos el sistema del barco? Tal vez sirva
Era Elliot el de la idea. Los demás lo miraron cómo si cometiera sacrilegio.
-No sabemos las condiciones en las que se encuentra
-Nos pidieron algo. Si no lo cumplimos nos darán una multa que no pagaremos en nuestra vida y me extraña profesora Low que se le olvide ese punto
-¿Qué sugieres?
-Usarlo
En vista de las circunstancias Pat gritó:
-¡Necesito un capitán y un marino que no sea imbécil! ¡Esto es delicado!
-¿Algo más?
-Nada Jeunet. Empezaremos trabajos cuando estén todos. Voy por cafeína. Cualquier cosa me llaman.
Franz se acercó al anciano. No se veía enojado como siempre
-Muchacho has tenido suerte. Esa cosa aguardó a la gente indicada
-¿Usted fue el que llamó?
-¿Quién más? Esta ciudad duerme en punto de la una. Unos pocos no tenemos ese lujo porque no nos da la gana
-¿Cómo consiguió mi número?
-Jajajajajajajaja eres divertido niño. Por el directorio no fue
-¿Porqué confía en mí?
-Yo no confío en ti pero eres el más miedoso y por tal el más precavido
-Gracias por las palabras
-No es un placer
-¿Se quedará?
-¿Para qué? Para eso están los científicos. Yo cumplí mi parte, ahora aléjate. Me iré cuándo venga la doctora Phaneuf que es bonita... ¿Pero que sabrás tú de eso? Rechazaste la oportunidad
-Yo también lo estimo
-Vete. Allá eres más útil
-Lo veré luego
Cuando el barco comenzó marcha, Pat volvió. Elliot comentó a Franz
-Y ahí va. Los primeros en subir son ellos
-Es una lástima
-Lo bueno que el Savoie funciona. Si es la clase de barco que los periódicos registran podremos desmitificar su desaparición. La policía quedará como incompetente y nosotros con la gloria
-Soy Franz De Patie, historiador de arte y sacerdote
-Elliot Cohen, cronista y diseñador gráfico, asistente de Pat Low desde hace dos años
-Eres muy joven
-Veinticuatro.. La doctora Phaneuf tiene veintitrés
-Yo casi treintaiocho
-Le tocó una mala época para ejercer su oficio
-Es complicado
Audrey arrivó poco antes de lo calculado. Su elegancia imponía respeto. Pat la recibió y comenzó su labor enseguida.
-Bien no hay tiempo. Phaneuf a Cohen ya lo conoces. Él es De Patie especialista en historia del arte. Por aquí.
Los cuatro caminaron cerca de veinte minutos. El barco ya se encontraba en la Cueva de la Esperanza. A la solo pregunta de quién subiría primero, al unísono contestaron que irían juntos. La iluminación del mítico trasatlántico se encontraba en perfecto estado. Cuando era la hora de abordar (por decirlo de alguna forma) se identificaron. Nadie pensó en lo que les esperaba.
-Por Dios - Exclamó Pat - Y esto es sólo la cubierta. Tu opinión Elliot
-Acabado francés, los materiales no se diga. Es típico de un barco utilizado en este lugar a principios del XX
-¿Porqué lo sabes?
- Este barco es de 1889 supongo. Llegó aquí gracias a un magnate de apellido Leduc. Se rentaba para fiestas, bailes, graduaciones y compromisos. Eras realmente adinerado y poderoso si celebrabas aquí.
-Es probable que la maquinaria fuera de lo mejor en su tiempo - señaló Audrey - La gente no escatimaba gastos si de lujo se trataba
-¿Qué estudió señorita Phaneuf?
-Historia de la Civilización Occidental padre De Patie
-Se parece a una actriz a la que vi audicionar para un filme de Jeunet
-Coincidencias... Para ser un barco tan grande debe contar con galerías y grandes salas. No intenten buscar la tercera clase porque no la hallarán.... ni siquiera la segunda. Para más detalles Elliot
-En Tell no Tales los buques se destinaban sólo a la alta sociedad. La única forma de entrar a ellos sin ser opulento era trabajando en tripulación, maquinaria o en la cocina. Si eras dorado.... jamás te dejaban pasar. La diferencia social era muy marcada. El Oksana Savoie zarpaba en primavera y parte del verano para después ser ocupado en eventos sociales desde agosto. En enero iba a mantenimiento. Todos los años eran temáticos. Hay que bajar para ver.
Un gran recibidor resplandecía para dar paso a los comedores y a un largo pasillo hacia el museo del barco.
-La cristalería y la porcelana viene de Italia. Lo demás es de Francia y apuesto los ojos.
-Francia tenía la mejor escuela de ingeniería del mundo. La gente se sentía sofisticada de sólo pensar que esto proviene de un país al que consideraban admirable. Estudié en colegio francés y ballet era mi peor materia... Si hubiera sido niña en la época de gloria de los trasatlánticos, mi madre habría preferido verme muerta antes que mala bailarina. Todo lo que viniera del país galo era especial. Hay una frase "Bienvenido a Tell no Tales si eres francés"
-Algunos suizos intentaron hacerse pasar por franceses pero la gente ya sabía identificarlos. Imaginen la decepción cuando en las guerras los inmigrantes resultaron ser los rusos.
Elliot y Audrey eran los únicos que hablarían. Franz escuchaba con atención y Pat imaginaba las pruebas a las que sometería al barco.
-Según escritos del manual de costumbres, todos venían con cierta teatralidad en el vestuario, se consideraba de buen gusto. Era normal que, fingida o no, tu inclinación cultural te llevara a adoptar las modas, ideas y productos de París. Por los colores de la decoración y a juzgar por los detalles florales, el tema era el invierno. Se presentó por primera vez en 1902 y gustó tanto que se pidió que repitiera. Debió ser hermoso
-Déjame las costumbres Audrey
-No digo nada Cohen
-La Exposición Mundial de París de 1889 causó un gran impacto en esta ciudad. Las artes, la ciencia, el progreso. Se volvió una obsesión entre los habitantes. Cambiaron radicalmente sus costumbres y hasta el idioma. En esta zona se hablaba el lisak, un idioma difícil e impronunciable del que quedan pocos escritos. Se consideró de gente atrasada, de bárbaros. En la campiña era dónde más arraigada se tenía esta lengua pero hasta los dorados comenzaron a abandonarla. El poder alcanzar las alturas en todo sentido de los europeos se volvió aspiracional. Es la razón por la que hablamos francés. La gente se esforzaba en mejorar. La clase media mandaba a sus hijos a la Universidad de Tell no Tales, los empresarios los enviaban a París. Ingeniería, Medicina, Biología y Arte eran las carreras más comunes. Muchos de esos chicos ya no volvieron y otros sólo regresaban para irse de nuevo. Cuando estallaron las guerras una minoría retornó, algunos fueron llamados a servicio por su conocimiento.
En la muestra plástica, se encontraban tesoros invaluables como finas esculturas y pintura de corrientes modernas. Los comedores eran inmensos y los camarotes alucinantes. Oro, muebles de caoba y cedro, instrumentos musicales y objetos de enorme belleza conformaban el entorno del Savoie. En el salón principal el nombre de los ingenieros encargados de la construcción sobresalían.
-"Pascal Peizerat et Fabian Weymouth"
Franz reaccionó.
-¿Weymouth? Ese apellido no es galo
-Lo más seguro es que se trata del diseñador. Es el segundo crédito
-Señorita Phaneuf ¿Es posible que sea por el autor de los planos que este barco se trajo aquí?
-Lo más seguro. El dueño es Gustave Leduc... Tal vez fue un regalo o un trabajo por encargo extraordinario.
Pat encontró por su cuenta algo en un camarote. Una anomalía.
-Vengan. Aquí es dónde se debe comenzar a buscar
En la recámara se hallaban fotos y cartas que Matt dedicó a Lía y viceversa, botellas de champagne sin abrir y algo que desconcertó a Elliot Cohen: un crucifijo de madera. Sólo una mujer de las montañas lo usaría. Su maestra cuestionó:
-Expertos díganme algo: Si los dorados no podían entrar ¿Cómo fue que una joven llamada Lía si pudo y su familia también? Y no a una, sino a varias reuniones.
-Era su prometida
-Eso no era posible padre
-De hecho si Audrey
-¿A qué te refieres Elliot?
-Era raro pero él debió quererla mucho, tanto para enfrentar a sus padres. Si lograbas un respeto hacia tu novia tu círculo social debía recibirla sin hacer olas. Era por educación. Hipócrita si quieres.
Franz decidió entonces que investigaría esa historia por su cuenta. En el Vaticano lo ayudarían. Por intuición, supo que Elliot le sería indispensable para saberlo todo.
como siempre, me encantó, aunque odio que me dejes en la total desesperación, antes deseaba saber qué seguía, ora me lo imagino, gracias ;)
ResponderBorrarQué bonita historia con un final triste. Me dejó una sensación de melancolía. Si los ambientes del pasado hablaran, ¡cuántas historias nos contarían! como la de ese barco. ¡Felicidades!, tienes mucha imaginación, además de que sabes envolver con tus historias.
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