domingo, 4 de noviembre de 2012

Javier y los secretos*


Si en Vichy la actividad se encontraba paralizada, en Tell no Tales la cosas no iban mejor. Ricardo continuaba en la ciudad junto a sus hijos y se hospedaban en el apartamento de Lorenzo donde la calefacción no servía y era imposible dormir porque los muebles del sitio eran rígidos. Particularmente, esa madrugada se tornaba insoportable por la insistencia de Javier en averiguar antecedentes familiares.

-Le he mandado tres mensajes a Carlota y no responde.
-Yo tampoco me levantaría a esta hora.
-Pero estás aquí, sobrino.
-Revisando papeles para saber cuándo salió la enfermedad esa que te tiene tomando inmunosupresores. 
-Qué considerado.
-Que me porto como gilipollas, disculpa.
-Un poco más de sutileza no te caería mal, Javier.
-Será más bien cerrar la boca.
-También.
-Venga, que estoy saturado; no me han pagado mi artículo en el periódico, no he encontrado nada en el expediente de Trankov que justifique que lo hayan echado de la ciudad y estoy preocupado porque me da miedo enfermarme. 
-Pensé que habías dejado el tema Trankov en paz.
-No puedo, Ricardo. El tipo sabe cosas que me interesan.
-¿Porqué me llamas por mi nombre?
-Es que si digo "tío" me refiero a un tipo cualquiera y tú eres familia.
-Creí que le copiabas a Andreas.
-¿Mi primo nunca te ha llamado "papá"?
-No le gustan esa clase de motes, qué remedio.

Por su lado, Adrien la pasaba muy bien, lo delataba su rostro cada que hervía leche y devoraba galletas de coco comerciales. También se le había pegado el insomnio y jugaba con su nuevo cubo de rubik y releía sus cómics; todos procuraban evitarle el ruido y nadie trababa conversación con él por miedo a alterar su ánimo distante.

-Sólo he encontrado que el bisabuelo tenía problemas parecidos a los tuyos, Ricardo. Lástima que el pobre haya fallecido por una falla respiratoria y le hayan abierto desde la tráquea para intentar salvarle..
-¡No me acordaba de eso, gracias otra vez, Javier!
-¡Pero que no me sale bien nada! ¿Os habéis ofendido?
-Mejor actúo como si no lo hubieras dicho, de todas formas ni recuerdo que día fue.
-Jueves, 13 de mayo del 78.
-También pasaré eso por alto.
-¡Perdonadme!
-Buena madrugada, sobrino. Yo sugiero que te abstengas de usar la palabra por el momento. Adrien,  cuando hayas terminado de leer tus papeles con dibujos ve a descansar.

Ricardo desapareció tras la puerta de la habitación que su hermano le había facilitado y los dos muchachos continuaron con sus ocupaciones mientras el frío se colaba por todos lados.

-¿Sí se fue? - inquirió Adrien al cabo de diez minutos.
-¿Ricardo? Ya no está.
-Qué bueno, así te ayudo.
-¿A guardar papeles en la caja?
-No hago trabajo pesado.
-Viéndolo así, yo creo que deberías dormirte.
-Dame las hojas, has revisado mal.
-Toma. El bulto es muy grande.

Adrien se sentó en el piso, agarró los documentos con interés y comenzó a leerlos al azar mientras se balanceaba; Javier se limitaba a observar y sentir pena por su primo ya que era raro que este último se involucrara en una actividad ajena.

-El bisabuelo estaba más sano que yo y murió de un resfriado y la abuela terminó enterrada por hipo ¿Hay algo de la bisabuela? De ella no he visto nada.
-Habrá un papelillo por ahí. Hasta donde sé, la bisabuela no estaba padeciendo ni estornudos.
-Es que cuando un hombre se enferma y es genético significa que una mujer fue quién se lo pasó; eso está escrito en mi libro de biología.
-¿Tú crees que ella andaba mal?

Adrien se encogió de hombros.

-¿Alguna vez han hablado de la familia contigo?
-No.
-¿Te parece extraño, Adrien?
-No.
-Mi padre nunca toca el tema del bisabuelo, hasta se enoja.
-Hace bien.
-¿Pero qué dices?
-El tipo ya está muerto.
-¿No te interesa saber al menos un poco?
-La curiosidad mató al gato y yo no soy el gato.
-¡Eres más curioso que todos los Liukin juntos!
-Hay temas que no deben tocarse y eso no lo has aprendido.
-¡Estudiaba periodismo, vale!
-¿Y no te advirtieron de lo que no puede investigarse?
-Para un reportero no hay límites.
-Estás igual de ciego y sordo que todos.
-Soy muy atento.
-Los otros te consideran peligroso pero muy tonto, por eso te han dejado en paz.
-¿A que gente te refieres?
-A los que se esconden para ver y oír casi todo.
-Si te refieres a la policía o a la marina, a mí me tienen sin cuidado.
-Entonces no sabes nada. Los otros pueden dormir tranquilos.
-Dale que me contestas: ¿Quiénes son los tales otros?
-¿Cuáles? Hay dos clases.
-No capto nada. Para mí está claro que los otros son la gente que no conozco y esos son cualquiera en la calle.
-¿Has comprado ese cuento de que soy ligeramente autista?

La mirada de Adrien podía intimidar a cualquiera y Javier no era la excepción. También su gesto burlón era por demás siniestro, pero no era un chico malicioso.

-Cuando navegas con bandera de defectuoso mental, te enteras de muchas cosas.
-¿Qué ganas con fingir autismo?
-Que no me persigan.
-¿Los otros?
-Son illuminati.
-Ese grupo es sólo una leyenda antigua.
-Tan son un invento que Trankov se encarga de ellos. Me di cuenta porque el guerrillero los reconoce con facilidad y los elimina sin tocarlos. Si Carlota supiera que Trankov los ahuyenta de ella para que no la unan a la élite, de seguro nunca saldría de casa ni le gustarían los balcones o las ventanas.
-Tienes una forma de hablar que hace que no te entienda y que no te crea.
-El truco está en no ser claro y no poner cara cuando me diagnostican con autismo una y otra vez. Entre más aparezca en mi expediente, mejor.
-A la larga sospecharían de ti.
-Ya ha pasado.
-Vale, imaginemos que existe un mundo en el que pienso que dices la verdad ¿Cómo estás tan seguro de que se tragan tu pantomima?
-Porque sigo mi papel con mucha disciplina y luego me desacostumbré tanto a socializar que me han dado ataques de ansiedad. Para no confundir a nadie, también me busqué pasatiempos que me distraigan lo suficiente para no atender muchas cosas y el cuerpo sólo se adaptó al balanceo.
-¿Por qué alguien en sus cabales actuaría como tú?
-Los otros estaban buscando expedientes médicos de todas las familias de la ciudad; así supe que me catalogaron como "defectuoso mental" y a mi papá como "desafío médico". Carlota y Andreas entraron en el grupo de los "sanos alfa" junto con Gwendal pero los Liukin en conjunto somos llamados "ADN dañado". Si me preguntas, es todo lo que sé y les interesan los historiales médicos porque han de buscar nuevos reclutas ya que no dejan entrar a cualquiera a la organización y Sergei Trankov los ha mermado mucho.
-¿Cuál es tu fuente?
-Ya dije, los otros.
-¿Te llevas con ellos?
-No, pero desarrollé trucos para espiarlos. Los otros también llevan un expediente de Anton Maizuradze, que va aparte de los demás. Es el único en la lista de "loco extremadamante peligroso" pero supe que le pusieron como nombre clave "Póker".
-Si los otros son illuminati y el chaval es de su interés es porque ha hecho algo grande.
-Hace dos años, Anton reventó la fuente de Nabokov pero no fue un accidente como él dijo. Días antes había pillado un símbolo de la SS en la llave; cada que hace travesuras destruye cosas similares pero en una persecución del bote fue más allá porque pasó enfrente de la puerta de Santa María del Mar y apedreó una placa en lisak que no se pudo restaurar. La dichosa placa tenía escrita la historia de la ciudad supuestamente, pero los chismosos decían que ahí se relataba una leyenda del origen de la sangre pura pero eso nadie lo sabrá. Lo curioso es que Anton no entiende esa lengua pero sí reconoció una insignia que era igual a una medalla militar de su padre. Los otros dicen que los Maizuradze derrotaron a los nazis en Rusia y no el ejército ni el invierno. Al principio pensé que era mentira pero supe que el abuelo y el padre de Anton inventaron unos aparatos muy pequeños que destrozaban los tanques y los aviones como si fueran rompecabezas y volvían como boomerang a sus dueños pero eran tan veloces que nadie los veía. Al principio los lanzaban solos pero la gente empezó a ayudarlos. Los planos son propiedad del gobierno ruso y nadie los ha podido robar.
-Toda la información que manejas es dispersa.
-Porque los otros se comunican de esa forma. Trankov se ha enterado de más cosas pero lo que me sorprende es que nunca lo han cachado si es tan conocido.
-Espera, a mí Sergei Trankov me interesa.
-¿Te puedo revelar algo sobre él?
-Dale.
-Nadie sabe de dónde viene y sospechan que su nombre es falso.
-Eso me lo imaginaba.
-La razón es que Trankov se desvanece.
-Yo sé que se ausenta varias veces al año y luego regresa como si nada.
-¡Realmente se desvanece, lo he visto varias veces! De pronto su cuerpo comienza a brillar y después de un segundo ya no es visible o se pone transparente de la nada. Los otros no lo saben.
-¡Eso es imposible!
-Tengo la foto - Javier miró la imagen, percatándose de que era ilógico dudar su primo, dado que se había despojado del disfraz - Pero no le cuentes a nadie. La guardo en el número treinta y ocho del Star du North.
-No había oído de este pasquín.
-Es que es una historieta tan mala que nadie la compra, pero si la lees y te aprendes los detalles de los dibujos, descubres un montón de pistas para adelantarte a los otros y al gobierno mundial. Una vez, Trankov leyó un número y fue corriendo al parque a salvar a Carlota; en otro ejemplar, la historia era de una muñeca a la que le arrancaban la cabeza, así que dejé el cómic con la página abierta en el puente de Amodio pero el tipo llegó tarde y mi hermana se quedó en coma. Luego supe que los otros no tenían nada qué ver pero me dió miedo enterarme en una edición de que fueron los rusos quienes lo planearon; pero no se ha publicado porqué.
-Ahora comprendo porque lees a los muñequitos.
-Los nuevos ejemplares salen cada semana pero el viejo del muelle me los regala. Dice que los capítulos no son proféticos, es el escritor quién está muy bien informado.
-¿Cuándo conseguiste el primero?
-Una semana antes de lo de la fuente. Lo anunciaron en la contraportada de mi cómic favorito; pero ya sabía de los otros desde el kinder.
-¿Porqué estás conversando conmigo?
-Nadie oye, el frío es amigo.
-¿Podría leer tus historietas?
-Tómalas cuando quieras.

Javier tiritó en ese instante, Adrien le convidó galletas.

-Así que debo cuidar mi cuello de los enemigos de Roma. Creí que se habían quedado en el pasado.
-Y no he mencionado a la segunda clase de "otros".
-Cierto, hay más.
-Pero de ellos no sé si son peligrosos o son amigos.
-¿Aparecen en el cómic?
-Es lo más raro, no salen en las historias.
-¿Cómo sabes que existen estos otros?
-Los he visto dentro de los espejos y en el agua; a veces los atraviesan y arreglan cosas. Tienen un jefe que está obsesionado con "armar las piezas" y es idéntico a Trankov, pero su carácter es más duro, se viste como Laffitte**  pero sin sombrero y lo acompaña una chica que me reconoció el otro día y corrió detrás de mí. Sus amigos la llamaban "Bérenice" y quería llevarme con ella.
-¿Para qué?
-"Recuperarme porque me había perdido"
-¿Me aseguras que fue a ti?
-Ella me llamó "Kuragin"; ese es el apodo que me puso mi mamá después de que leyó un libro de Tolstoy. Cada que me topo a sus compañeros, huyo porque siempre se pelean con los soplones de los illuminati. En los noticieros los llaman "la pandilla Rostova"
-Entonces sí ubico a esos extraños ¡El otro día golpearon a una pareja de policías!
-Eso fue lo que inventó el gobierno, yo oí a los otros diciendo que los Rostova frustraron un cateo masivo a los rusos cuando se rumoró que los Korobeynikov habían abandonado el barrio Blanchard y comerciaban con heroína en Katsalapov. Los vecinos no tienen a la mafia entre sus simpatías pero los Rostova les agradan menos porque no se sabe qué pretenden. Aunque arreglan las alcantarillas, pintan las casas y barren, la banda causa muchos problemas y nadie quiere ver sustitutos de Sergei. En la historieta aparece la marina patrullando el barrio ruso y eso no es bueno.
-¿Y si me acerco a investigarlos?
-Una de sus reglas es la de no hacer amigos en esta "dimensión" Siempre lo repite su líder.
-¿Probamos a contactarlos en el reflejo?
-¡Ni de broma! El doble de Trankov bloquea los espejos. Además, el viejo del muelle está de su parte y le ha pedido a la gente que no los moleste. No te metas con ellos, Javier y tampoco con los otros. Te dije que Sergei elimina illuminatis sin tocarlos; eso mismo le pasará a su Gobierno Mundial. Los miembros que escuchan y ven casi todo, lo comentan a menudo. Es cuestión de tiempo; los jefes están buscando algo que los perpetúe y entre menos información tengan, menos ayudamos a su causa. Quema todos los papeles y la caja porque podrían robarlos pronto para rastrear el origen de nuestra familia.

El niño cambió su tono de voz a uno más grave para sonar severo.

-Por cierto, vi la viñeta en donde me enteré que no te pagarán en el periódico porque eres amigo de Jean Becaud y él es persona non - grata. Todo mundo cree en la editorial que presentarías columnas suyas haciéndolas pasar por tuyas. Y mañana, no salgas de aquí para reclamar. Los otros estarán de cacería y el grupo de Trankov les dejó sorpresas en todas las esquinas. Los Rostova también plantaron sus trampas en su última excursión, yo los vi. Se va a poner feo.

Adrien se levantó para encender la estufa. A pesar de su inicial resistencia, Javier reunió los documentos uno a uno y contempló la flama que los fue consumiendo. Al limpiar la ceniza, se percató de que su primo había retornado a su rol de autista.

*Para los amantes de las teorías conspiratorias: Los términos "illuminati" (en la historia también se identifican como "otros" con negrita y letra cursiva), "Gobierno Mundial", "nazis" y similares, son meros elementos de ficción utilizados para dar suspenso a la trama y su única intención es entretener.
**El Laffitte al que hago referencia es pirata y mano derecha del "Shichibukai" Marshall D. Teach en la animación japonesa "One piece", a su vez inspirado en el pirata Jean Lafitte.
Dos notas adicionales: Evidencié mi influencia direta de la serie canadiense "Dark Oracle".
La ilustración pertenece al cómic "Íbicus" obra de Pascal Rabaté, mismo que está ambientado en la revolución rusa de 1917. 

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