-¿Estás en la sala?
-En mi cuarto ¿Porqué?
-Es que oí a tu tío..
-¡Ah sí! Es que siempre se despierta a esta hora, yo creo que tampoco puede descansar.
-Es que suena tan cerca su voz que..
-Él habla muy alto en la madrugada, jajajaja.
-¿Y esa risita?
-Es que ya despertó a los demás. Es hora de colgar.
-¡No! Todavía quería seguir.
-Yo también pero me van a cachar.
-Oh.. Espero que puedas soñar con los angelitos.
-Igual tú.
-Salúdame a Gwendal, por favor y dile que ya no los levante.
-Ok, nos vemos.
-Hasta luego.
Judy sonrió y oprimió el botón para dar por terminada la llamada.
-¿Y ese suspiro? - cuestionó Jean.
-Nada.. No, no es nada.
-¿Qué haces fuera de la cama?
-No concilio el sueño.
-¿Por eso usas el teléfono?
-Carlota es la que marca.
-Te hubieras quedado en el cuarto.
-No te iba a molestar.
-Tú nunca lo haces ¿Leche caliente?
-Con chocolate.
-Bien, y así me quedo platicando contigo hasta la hora en que debamos abrir .. O tal vez no trabajemos hoy y estamos solos..
-¡Jean! ¡Me haces cosquillas!
-¿Ya te dijeron que tienes la oreja izquierda más perfecta de todo el planeta?
-Qué halago.
-Es viernes, todo mundo se entusiasma demás, y no soy la excepción así que podemos estar muy juntos..
-Y divertirnos mucho...
-Nadie nos interrumpe y no tenemos compromisos..
-¡Espera! ¿Viernes?
-Sí.
-¿Tan rápido?
-¿A dónde vas?
-A lavarme las manos.
-¿Siempre sí abriremos?
-¿A qué?
-¡La parrillada! ¡Nos invitaron! Tengo que preparar algo dulce y mejor empiezo de una vez.
-Adiós, día solos.
-Tendremos tiempo de eso luego. Mejor ayúdame a hacer un pastel y un postre de limón. Pásame las almendras y un poco de vainilla, por favor.
Jean hizo lo que Judy le pedía. Era obvio que él no estaba de ánimos, pero no deseaba tener un desacuerdo, así que le ayudó en lo que era posible. Cuando terminaron, eran las seis y ambos regresaron a su lecho no sin antes programar el despertador y cayeron rendidos de cansancio.
Era mediodía cuando Gwendal encendió la parrilla. Sus sobrinos y Tamara le ayudaban a cortar vegetales mientras escuchaban las noticias. Él sólo sacudía la cabeza.
-La basura inunda al mundo. Ayer cerraron un sitio de internet, hoy es una guerra y mañana la instauración del Big Brother. Si no creen que esas cosas van juntas, vayan haciéndose a la idea de que sí.
-Siempre te ha desagradado oír las nuevas.
-Me molesta más que se metan con la libertad. Espero que los hackers trabajen y Metallica deje de tocar.
-¡Oh, lo decías por Napster!
-Y el comienzo de la represión del único espacio que nos quedaba a los utópicos.
-La tribu cibernética aún es underground y saben trucos que las empresas no. Ganarán Gwendal, ya verás.
-Lo sé de sobra pero me irrita ser invadido.
Didier sabía que su amigo había detectado un problema que era mucho más grave de lo que aparentaba y apagó la radio. Su pierna aún le dolía.
-¿Estás lista para los europeos, Carlota? - preguntó Mèriguet cambiando de tono.
-Sí tío. Me muero de ganas de competir.
-Qué bien. Sólo no te tenses más, traes una cara... Y se te fue el color.
-Tengo miedo.
-Lo sabemos.
Gwendal abrazó fraternalmente a la niña cuando esta contemplaba a Sergei Trankov recorriendo la ciudad a través de las azoteas. En ese momento, una alegre Judy arribaba con su esposo, que comentó mirando al guerrillero:
-Levante la mano quien vote porque hagamos como que no lo vimos.
Y todos realizaron el gesto. Sergei a lo lejos sólo rió un poco y continuó su ruta.
-Ha de estar en misión.
-No - replicó Carlota, asomándose a la calle - Hay marinos.
-¿Qué buscarán?
-Bendita habilidad la de Trankov de escabullirse por cualquier rendija.
La azotea no era un sitio tan seguro ese día. Para evitar contratiempos, decidieron bajar al apartamento y el asado se volvió buffet cuando los Maizuradze y David con Amy arribaron.
-Afuera están felices los morbosos - mencionó Anton - Revisan hasta la ropa que se trae. Ya no hay respeto.
-¿Saben que ha ocurrido? - cuestionó Judy.
-Le han fincado nuevos cargos de guerra a Sergei Trankov - contestó el padre del chico.
-¿Cómo es posible?
-Ayer fue a Cobbs y no fue amable.
-¿Qué pasó?
-Secuestró a una pequeña y ocasionó una explosión al interior de la base.
Gwendal supo que el rebelde había rescatado a Adelina, pero tenía sentimientos encontrados. Trankov ahora contaba con un problema que era exclusivamente culpa suya.
Tocaron la puerta. Gabriela y Ricardo regresaban del supermercado escoltados por un policía que, sin orden alguna, inspeccionó el apartamento. La misma escena se repitió con Joubert y Verner. Antes de retirarse, los gendarmes aconsejaron encender el televisor.
-Van a dar una nota de última hora - aseguraron.
La familia se situó en la sala y Javier activó el aparato. La programación había sido interrumpida. Eva de Vanny estaba arrestada. Según la marina, el ataque a su base comenzó con un intercambio de correos electrónicos y archivos entre ella y el grupo de guerrilleros de Trankov. La cámara de seguridad de la biblioteca de la Facultad de arquitectura captó a la joven utilizando la computadora justo en el horario en el que estaban fechados los mensajes. La detención también se había logrado porque uno de los especialistas informáticos interceptó un e-mail en el que presuntamente Eva deseó suerte a los conspiradores.
-¡En que lío se metió esa niña! Para que Lucas la saque de la cárcel necesitará a un abogado de esos malditos - exclamó Ely desde la estancia - ¡Le dije que solo debía preguntarles si le daban una entrevista, no que se pusiera a hacer amigos!
-Joder, tía que tendréis que deciros que pasa - señaló Javier en mal francés.
-Eva de Vanny no es una terrorista ¡Por Dios! ¡Es incapaz de planear una bomba porque tiene froot loops en la cabeza!....No han sido tres días desde que me preguntó como podía contactar a Trankov y yo siendo muy estúpida le di el correo.
-¿Porque querría esa dirección? - cuestionó Gwendal.
-Descubrió a un Neo hurgando en la oficina de su padre.
Gabriela instintivamente apretó a Carlota. Un silencio sepulcral se apoderó de aquellos que no eran tan jóvenes. La voz del lector noticias continuaba.
"Asismismo, el FBI y la Interpol han pedido al departamento de justicia de Tell no Tales monitorear de forma permanente la actividad de sus usuarios de internet a fin de evitar la planeación de un futuro atentado como el de esta madrugada. Parte de la vigilancia incluiría además de correos electrónicos, blogs, videos, música, foros y periódicos, al igual que anuncios y descargas. Por supuesto, las reacciones no se han hecho esperar y el grupo encabezado por Sergei Trankov ha anunciado que combatirá este "spyware" porque representa "un peligro potencial para la libertad de expresión que podría vulnerar los derechos de privacidad de los usuarios y facilitar la censura.. En otras noticias ... "
Alguien llamó desde la habitación de la niña Liukin, Ricardo fue a inspeccionar y lo que encontró no le gustó. Un trabajador del Ayuntamiento instalaba una cámara de seguridad justo al lado del balcón de su hija. Ese acto era ilegal, primero por no haber notificado y después, porque el artefacto funcionaría cerca de la habitación de una menor. Furioso, el señor Liukin exigió que retiraran aquello. Fue tal el alboroto que la familia entera se precipitó a la habitación de Carlota. Queriendo arreglarlo de la mejor forma, Gabriela telefoneó a Casey y ésta le prometió acudir de inmediato pero fue tarde. Joubert arrancó los cables, Andreas forcejeó con el electricista y de paso, Anton pateó la cámara que al impactarse se quebró. Los tres enfrentarían proceso pero no parecía importarles. Javier realizaba apuntes de cómo los agentes de la ley se llevaban con brusquedad a los chicos y registró una arbitrariedad más: Al ser Anton oficialmente "un infante" (es decir, menor a quince años) estaba prohibido esposarle, cosa que los agentes hicieron. Ante eso, Gwendal encendió su ordenador y comenzó a relatar los hechos por escrito. Judy volteó a verlo y después de un par de segundos, se sentó junto a él. Secretamente, Mériguet estrechó la mano de la señora Becaud quién no se opuso a ello.
-Estoy bajando Ad Aware para que los espías no entren a mi computadora - comentó - y hago lo que los poderosos realmente temen: Evidenciarlos sin posibilidad de que nieguen su abuso. Ellos aún no tienen conciencia de lo vasto que es el mundo a través de esta pantalla y cuando lo hagan... Bienvenida a la World War Web, la única que los censores no van a ganar ¿Quieres saber porqué?
Gwendal soltó a Judy y tomó distancia para hacer venir a Jean. El escritor se acercó con recelo.
-¿Cuánta gente suele leer tus columnas?
-No sé.. supongo que diez mil siendo exagerado. Según mi editor yo soy el favorito de los suscriptores que son como medio millón y las ventas en los kioskos son bastante buenas. Desconozco mi alcance honestamente.
-¿Te gustaría saber una cifra más o menos exacta?
-¡Por supuesto!
-¿Porqué no compartes lo que escribes en la red?
-Los derechos dejan de ser totalmente míos una vez que se imprimen.
-Puedes rehacerlos y presentarlos en un blog ¿Porqué no sacas una cuenta? Te aseguro que llegarás a todo el mundo. Eres un escritor talentoso. Tal vez no recibas un centavo pero tus opiniones impactarán mucho más y creo que eso es lo que buscas.
Tentado por probar, Jean dio click en un website para registrarse, configuró las opciones y sin más, escribió. Por su parte, Tamara prestó ojos a la romántica escena que se desarrollaba en las narices del señor Becaud que, por distraerse, ignoraba. Judy flirteaba con Gwendal y conversaban con una voz muy tenue, casi imperceptible. Aunque la hería, Tamara debió admitir que se alegraba de que su amiga al fin se fijara en alguien mejor a su marido. Mèriguet era mucho más sincero y menos tonto; pero Judy finalmente huía. Alegando que deseaba respirar un momento, la señora Becaud salió a las escaleras y discreta pero sorpresivamente la siguió su admirador.
-Solos, al fin - musitó Gwendal que tomó un par de segundos y observó el vestido floral de Judy, su sombrero, su cabello liberado de los pasadores y listones que solía usar para sus peinados elegantes y rutinarios que no dejaban más que el fleco libre - Deseo estar contigo - confesó.
-Me desmayaré.
Ella tenía la piel de gallina y sus rodillas temblaban. Él intentó regalarle un beso pero la joven apartó el rostro. Un desencantado Javier fue su testigo involuntario y reprimiendo al máximo su tristeza, les dijo que todos irían a la comisaría, dónde Eva De Vanny, asustada y lagrimeando, abrazaba fuertemente al chico A, quién llevaba días sin estar enojado con ella.
Jean hizo lo que Judy le pedía. Era obvio que él no estaba de ánimos, pero no deseaba tener un desacuerdo, así que le ayudó en lo que era posible. Cuando terminaron, eran las seis y ambos regresaron a su lecho no sin antes programar el despertador y cayeron rendidos de cansancio.
Era mediodía cuando Gwendal encendió la parrilla. Sus sobrinos y Tamara le ayudaban a cortar vegetales mientras escuchaban las noticias. Él sólo sacudía la cabeza.
-La basura inunda al mundo. Ayer cerraron un sitio de internet, hoy es una guerra y mañana la instauración del Big Brother. Si no creen que esas cosas van juntas, vayan haciéndose a la idea de que sí.
-Siempre te ha desagradado oír las nuevas.
-Me molesta más que se metan con la libertad. Espero que los hackers trabajen y Metallica deje de tocar.
-¡Oh, lo decías por Napster!
-Y el comienzo de la represión del único espacio que nos quedaba a los utópicos.
-La tribu cibernética aún es underground y saben trucos que las empresas no. Ganarán Gwendal, ya verás.
-Lo sé de sobra pero me irrita ser invadido.
Didier sabía que su amigo había detectado un problema que era mucho más grave de lo que aparentaba y apagó la radio. Su pierna aún le dolía.
-¿Estás lista para los europeos, Carlota? - preguntó Mèriguet cambiando de tono.
-Sí tío. Me muero de ganas de competir.
-Qué bien. Sólo no te tenses más, traes una cara... Y se te fue el color.
-Tengo miedo.
-Lo sabemos.
Gwendal abrazó fraternalmente a la niña cuando esta contemplaba a Sergei Trankov recorriendo la ciudad a través de las azoteas. En ese momento, una alegre Judy arribaba con su esposo, que comentó mirando al guerrillero:
-Levante la mano quien vote porque hagamos como que no lo vimos.
Y todos realizaron el gesto. Sergei a lo lejos sólo rió un poco y continuó su ruta.
-Ha de estar en misión.
-No - replicó Carlota, asomándose a la calle - Hay marinos.
-¿Qué buscarán?
-Bendita habilidad la de Trankov de escabullirse por cualquier rendija.
La azotea no era un sitio tan seguro ese día. Para evitar contratiempos, decidieron bajar al apartamento y el asado se volvió buffet cuando los Maizuradze y David con Amy arribaron.
-Afuera están felices los morbosos - mencionó Anton - Revisan hasta la ropa que se trae. Ya no hay respeto.
-¿Saben que ha ocurrido? - cuestionó Judy.
-Le han fincado nuevos cargos de guerra a Sergei Trankov - contestó el padre del chico.
-¿Cómo es posible?
-Ayer fue a Cobbs y no fue amable.
-¿Qué pasó?
-Secuestró a una pequeña y ocasionó una explosión al interior de la base.
Gwendal supo que el rebelde había rescatado a Adelina, pero tenía sentimientos encontrados. Trankov ahora contaba con un problema que era exclusivamente culpa suya.
Tocaron la puerta. Gabriela y Ricardo regresaban del supermercado escoltados por un policía que, sin orden alguna, inspeccionó el apartamento. La misma escena se repitió con Joubert y Verner. Antes de retirarse, los gendarmes aconsejaron encender el televisor.
-Van a dar una nota de última hora - aseguraron.
La familia se situó en la sala y Javier activó el aparato. La programación había sido interrumpida. Eva de Vanny estaba arrestada. Según la marina, el ataque a su base comenzó con un intercambio de correos electrónicos y archivos entre ella y el grupo de guerrilleros de Trankov. La cámara de seguridad de la biblioteca de la Facultad de arquitectura captó a la joven utilizando la computadora justo en el horario en el que estaban fechados los mensajes. La detención también se había logrado porque uno de los especialistas informáticos interceptó un e-mail en el que presuntamente Eva deseó suerte a los conspiradores.
-¡En que lío se metió esa niña! Para que Lucas la saque de la cárcel necesitará a un abogado de esos malditos - exclamó Ely desde la estancia - ¡Le dije que solo debía preguntarles si le daban una entrevista, no que se pusiera a hacer amigos!
-Joder, tía que tendréis que deciros que pasa - señaló Javier en mal francés.
-Eva de Vanny no es una terrorista ¡Por Dios! ¡Es incapaz de planear una bomba porque tiene froot loops en la cabeza!....No han sido tres días desde que me preguntó como podía contactar a Trankov y yo siendo muy estúpida le di el correo.
-¿Porque querría esa dirección? - cuestionó Gwendal.
-Descubrió a un Neo hurgando en la oficina de su padre.
Gabriela instintivamente apretó a Carlota. Un silencio sepulcral se apoderó de aquellos que no eran tan jóvenes. La voz del lector noticias continuaba.
"Asismismo, el FBI y la Interpol han pedido al departamento de justicia de Tell no Tales monitorear de forma permanente la actividad de sus usuarios de internet a fin de evitar la planeación de un futuro atentado como el de esta madrugada. Parte de la vigilancia incluiría además de correos electrónicos, blogs, videos, música, foros y periódicos, al igual que anuncios y descargas. Por supuesto, las reacciones no se han hecho esperar y el grupo encabezado por Sergei Trankov ha anunciado que combatirá este "spyware" porque representa "un peligro potencial para la libertad de expresión que podría vulnerar los derechos de privacidad de los usuarios y facilitar la censura.. En otras noticias ... "
Alguien llamó desde la habitación de la niña Liukin, Ricardo fue a inspeccionar y lo que encontró no le gustó. Un trabajador del Ayuntamiento instalaba una cámara de seguridad justo al lado del balcón de su hija. Ese acto era ilegal, primero por no haber notificado y después, porque el artefacto funcionaría cerca de la habitación de una menor. Furioso, el señor Liukin exigió que retiraran aquello. Fue tal el alboroto que la familia entera se precipitó a la habitación de Carlota. Queriendo arreglarlo de la mejor forma, Gabriela telefoneó a Casey y ésta le prometió acudir de inmediato pero fue tarde. Joubert arrancó los cables, Andreas forcejeó con el electricista y de paso, Anton pateó la cámara que al impactarse se quebró. Los tres enfrentarían proceso pero no parecía importarles. Javier realizaba apuntes de cómo los agentes de la ley se llevaban con brusquedad a los chicos y registró una arbitrariedad más: Al ser Anton oficialmente "un infante" (es decir, menor a quince años) estaba prohibido esposarle, cosa que los agentes hicieron. Ante eso, Gwendal encendió su ordenador y comenzó a relatar los hechos por escrito. Judy volteó a verlo y después de un par de segundos, se sentó junto a él. Secretamente, Mériguet estrechó la mano de la señora Becaud quién no se opuso a ello.
-Estoy bajando Ad Aware para que los espías no entren a mi computadora - comentó - y hago lo que los poderosos realmente temen: Evidenciarlos sin posibilidad de que nieguen su abuso. Ellos aún no tienen conciencia de lo vasto que es el mundo a través de esta pantalla y cuando lo hagan... Bienvenida a la World War Web, la única que los censores no van a ganar ¿Quieres saber porqué?
Gwendal soltó a Judy y tomó distancia para hacer venir a Jean. El escritor se acercó con recelo.
-¿Cuánta gente suele leer tus columnas?
-No sé.. supongo que diez mil siendo exagerado. Según mi editor yo soy el favorito de los suscriptores que son como medio millón y las ventas en los kioskos son bastante buenas. Desconozco mi alcance honestamente.
-¿Te gustaría saber una cifra más o menos exacta?
-¡Por supuesto!
-¿Porqué no compartes lo que escribes en la red?
-Los derechos dejan de ser totalmente míos una vez que se imprimen.
-Puedes rehacerlos y presentarlos en un blog ¿Porqué no sacas una cuenta? Te aseguro que llegarás a todo el mundo. Eres un escritor talentoso. Tal vez no recibas un centavo pero tus opiniones impactarán mucho más y creo que eso es lo que buscas.
Tentado por probar, Jean dio click en un website para registrarse, configuró las opciones y sin más, escribió. Por su parte, Tamara prestó ojos a la romántica escena que se desarrollaba en las narices del señor Becaud que, por distraerse, ignoraba. Judy flirteaba con Gwendal y conversaban con una voz muy tenue, casi imperceptible. Aunque la hería, Tamara debió admitir que se alegraba de que su amiga al fin se fijara en alguien mejor a su marido. Mèriguet era mucho más sincero y menos tonto; pero Judy finalmente huía. Alegando que deseaba respirar un momento, la señora Becaud salió a las escaleras y discreta pero sorpresivamente la siguió su admirador.
-Solos, al fin - musitó Gwendal que tomó un par de segundos y observó el vestido floral de Judy, su sombrero, su cabello liberado de los pasadores y listones que solía usar para sus peinados elegantes y rutinarios que no dejaban más que el fleco libre - Deseo estar contigo - confesó.
-Me desmayaré.
Ella tenía la piel de gallina y sus rodillas temblaban. Él intentó regalarle un beso pero la joven apartó el rostro. Un desencantado Javier fue su testigo involuntario y reprimiendo al máximo su tristeza, les dijo que todos irían a la comisaría, dónde Eva De Vanny, asustada y lagrimeando, abrazaba fuertemente al chico A, quién llevaba días sin estar enojado con ella.
Un poco extenso pero bien escrito.
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