sábado, 28 de abril de 2018

Capítulo 300: Una plática entre mujeres (El compendio de las primeras veces II)


Tell no Tales.

Regresar de Jamal no significó que las rutinas de la mayoría de las aspirantes a Miss Nouvelle Réunion cambiaran mucho. Kleofina Lozko seguía vendiendo flores por las calles del barrio ruso, Eva de Vanny acudía a sus clases de música, Madice Hubbell continuaba entrenando con su compañero y Courtney Rostov - Diallo atendía a toda clase de pacientes en el hospital mientras se quejaba de que la banda de "Miss Láncry - Guyane" que estaba obligada a llevar era un fastidio. Nadie quería pensar en los inconvenientes de otras chicas como Miss Corse - Lorphelin que en el banco donde trabajaba había una fila enorme sólo para verla o en Miss Blanchard, a quien se le hinchaban los pies por atender eventos de caridad a beneficio del orfanato o festivales de pintura mientras el comité del concurso de belleza le forzaba a portar tacones por su baja estatura.

Por las noches, las treinta aspirantes a Miss Nouvelle Réunion se presentaban en el auditorio de la Facultad de Filosofía para practicar coreografías e hipotéticas clasificaciones a fases finales mientras los curiosos se burlaban de ellas o las halagaban según el caso. Únicamente Camille Maier parecía cómoda con la situación y se le notaban ciertos esfuerzos por diferenciarse de las demás como teñir su cabello en rojo o usar vestidos de colores claros con detalles grandes como botones o flores. Kleofina cruzaba los brazos si le tocaba pasar junto a ella mientras Mathilde Tellier y Micaela Mukhin le auguraban un desastre por llegar en tenis y playera de franela.

Sin embargo, existió una tregua cuando se anunció que habría un fin de semana libre antes de las sesiones fotográficas, los ensayos con el jurado y las presentaciones especiales de promoción. Como Courtney era la aspirante con mayor agotamiento, sus amigas le organizaron una sesión de spa en casa, enviando a Matt Rostov a dormir en la sala.

-Me quiero despertar tarde mañana - admitió ella.
-Te animaremos un poco, traje vino - aseguró Madice.
-Yo no bebo.
-¿Ni una copa?
-Una y me detengo.
-Acá está.
-Gracias.
-Eva me lo recomendó, es muy bueno.
-Eso pruebo.
-Te íbamos a llevar a un club pero tu primo no quiso acompañarme.
-¿Te gusta Moussa?
-Es lindo.
-¿Estás ebria?
-He tomado como cuatro copas.
-Jajaja, Madice llegaste a tu límite.

Eva y Kleofina se rieron con Courtney y Madice sirvió un poco más, aunque lo reservó para luego.

-Aprovecho para tener resaca; mi temporada empieza luego de este concurso.
-¿A qué te refieres, Madice? - preguntó Kleofina.
-Al patinaje. Hay torneo en Johannesburgo y la federación me inscribió.
-Que entusiasta te oyes.
-Necesito una medalla nacional o nunca dejaré esas competencias horribles.
-Pero vas a conocer Sudáfrica.
-Es como la tercera vez que voy.
-Yo nunca he salido de Nouvelle Réunion. Me gustaría ir a Johannesburgo al menos.

Al grupo le sorprendió que Kleofina usara el nombre nuevo del país con tanta naturalidad y pensaron enseguida que era por la carta que quería escribir y que en un momento de suerte recibiría respuesta luego de ocho meses.

-¿A quién le envías correo? - curioseó Eva mientras pintaba las uñas de Courtney.
-A Ilya. Me dijo que estará en una misión militar por un año - confesó Kleofina sin importarle ser juzgada.
-¿Quién es?
-Ilya Maizuradze, el hombre del barrio ruso con el que me involucré.
-Hasta la voz te cambia cuando hablas de él.
-No me había dado cuenta.

Kleofina Lozko suspiró antes de dar un sorbo a su copa.

-¿Fue el tipo con el que Camille Maier te molestó en el salón, verdad?
-Sí pero no importa.
-¿No sabes si es el papá de Anton Maizuradze? Ese niño me caía bien - intervino Madice.
-Lo es ¿por qué? - rió nerviosa Kleofina.
-Es que Anton se la pasaba en mi edificio porque le gustaba la niña que vivía abajo de mi departamento.
-¿En serio? Ese chamaquillo es muy tierno; eso decía Ilya.
-Una lástima, la niña lo rechazó... El que me gustaba era el papá de esa chiquilla.
-¡Madice!
-Aun me acuerdo de su nombre "Ricardo Liukin". Qué hombre tan guapo.
-Ay, yo conozco a los Liukin - pronunció Eva como una queja - La cabbage patch me quitó a mi Joubert.

Las cuatro carcajearon.

-¿Quien es la cabbage patch? - siguió Madice.
-Carlota Liukin. Qué tipa tan odiosa.
-¿Ella te bajó a Joubert Bessette?
-¿Te enteraste?
-Acabo de decir que eran mis vecinos. Carlota es muy bonita.
-Es un bebé.
-Eso sí.
-No entiendo como Joubert se fijó en esa cosa.
-Carlota era la reina del drama, desde que me acuerdo era caos total si algo le pasaba. Ricardo llamaba a mi puerta con frecuencia.
-¿Para qué?
-Mi papá es médico.
-Trabajo no le faltaba.
-Casi siempre eran raspones, gripe, cosas pequeñas.

Courtney entonces se atrevió a comentar.

-¿Se dan cuenta de que pudimos conocernos antes? Si no era por los Maizuradze, sería por los Liukin.
-¿Conoces a los Liukin?
-Andreas Liukin iba a emergencias como dos veces al mes y atendí a Anton Maizuradze una vez que se cayó en bicicleta.
-¿Andreas Liukin en urgencias? No te creo nada.
-¿Es sarcasmo, Madice?
-No, es que Andreas es un caso o era, no sé. Se mudaron y ahora no tengo de qué reírme cuando estoy en casa.

Kleofina murmuró "Andreas" en medio de exhalación profunda.

-Andreas Liukin fue mi primer novio - admitió la chica - Lo dejé por Ilya.
-¿Por qué? - se interesó Courtney.
-Era muy ... ¿Impetuoso? Jajaja, mis piernas tomaban posiciones muy extrañas.
-¿Hablas de sexo?
-Sí, jajajaja. Andreas hacía el esfuerzo de ser bueno.
-Me consta que ponia mucho empeño - añadió Madice - A mí me robó un beso pero quiso hacerlo tan bien que me ganó la risa.
-¡No les creo! No hablen así de ese pobre muchacho - decía Courtney con cierta pena.
-¿Por qué no? Nadie más oye - advirtió Eva - Además, Andreas también me besó y mejor que mi novio sí lo hizo.

El grupo comenzó a tomar más y la mascarilla que le habían puesto a Courtney pasó a segundo plano.

-Compartimos a un Liukin y ni sabíamos - bromeó Kleofina - Era un novio muy lindo.
-Los Liukin son lindos - siguió Madice - Un día llegó un tal Gwendal al que no le pude decir que no.
-¿Dormiste con él?
-Fue mi novio unas semanas. Nos llevábamos bien pero le gustaba otra.
-Eso es un fastidio.
-¿Ninguna de ustedes lo conoce?
-Creo que no.
-Gwendal es muy especial para mí, fue siempre muy delicado.
-¿Cómo era en la cama?
-No lo puedo comparar todavía, fue mi primer hombre.
-¿No has estado con alguien más?
-No pero me gustaría. Quiero saber si Gwendal es muy romántico o todos hacen las mismas cosas como platicar o saltar en la cama para atrapar burbujas de jabón.
-No lo hacen.
-Deberían.
-Mi primera vez con Ilya fue inesperada. No me lo propuso ni se lo pedí, solo me visitó y salimos a pasear. Ese día había nevado mucho en la campiña y me quité la ropa sin alguna razón. Sus manos son maravillosas.
-¿Por qué estuviste con él? Es un hombre viejo.
-Siempre me gustó.
-¿En la nieve, en serio?
-No es cómodo pero él lo volvió bonito.... Prometió escribirme y ha cumplido, tengo muchas postales de Venecia y París.

No sabían las cuatro por qué se les erizaba la piel.

-Mi primera vez fue con un ruso, ni siquiera me acuerdo de su nombre - confesó Eva - Estaba tan ebria que vomité cuando terminamos.
-¿No fue encima de él? - carcajeó Courtney.
-¡No! pero arruiné mi bolso y su alfombra. Él me gustó mucho en esa fiesta pero no lo volví a ver.
-¿Te dio vergüenza?
-No me agradó, fue malo.
-Dicen que es lo normal.
-Él casi se duerme en pleno acto.
-Es imperdonable.
-Al menos mi Evan tiene mucha energía y hemos mejorado.
-¿Qué tanto?
-Nos han pedido que no hagamos ruido.

Las mujeres estallaron en risa y Madice notó que Courtney no había dicho nada. Creyó que era por discreción y no le inquirió cosa alguna. Un nuevo brindis significó una pausa y la misma Courtney retiró su mascarilla para luego tomar la palabra

-Yo me iba a casar cuando tenía veinte.
-¿De verdad?
-Con un chico llamado Marc pero no pudimos.
-¿Marc? No conozco a ninguno ¿Te cortó?
-No éramos compatibles. Me di cuenta de que no podía seguir su religión y no estaba lista para el compromiso. Hice bien en ir a la escuela en su lugar.
-Wow, Courtney.
-Nunca tuvimos relaciones y nos besamos poco. Yo pensaba que los noviazgos eran así.
-¿Cómo lo conociste?
-En Dakar no hay mucho qué hacer si no es una parrillada o ir al mar así que en la playa. Yo me presenté y no nos separamos. Él iniciaba como agregado cultural de la embajada de Israel.
-Suena importante.
-Duramos un año y se fue a no sé dónde. Lo encontré hace tiempo en una feria aquí en Tell no Tales y lo saludé pero no volvimos a hablar.
-¿Por?
-El pasado está muy bien quedándose lejos.
-Tienes razón... Y luego vino Matt ¿no?
-Me gustaría decir eso.

Courtney terminó su bebida y enseguida sirvió más vino. Por algún motivo, miró su copa como si quisiera que se viera más oscura.

-Tuve otro novio hace unos tres años pero acabó muy mal. Tuve suerte, nunca me habían golpeado.
-¿Él te...?
-Él no.

Kleofina y Eva se vieron entre ellas y acercaron las almohadas para estar más cómodas. Madice consumió su quinta copa enseguida.

-¿Quién era? - preguntó con el interés que produce el asombro.
-Maurizio Leoncavallo.
-¡El que tiró a la Fusar Poli!

Excepto por Courtney, las demás abrieron la boca sorprendidas.

-¿Lo conocen?
-¿Quién no? Esa mirada de la Fusar Poli era para matarlo y aun así, envidio su suerte con ese bronce en el cuello. Él es el peor bailarín que vi jamás - declaró Madice a poco de ceder ante el efecto del alcohol para cantar incoherencias.

-Él pudo ser el amor de mi vida - se sinceró Courtney.
-Estuvo en la ciudad este enero; mi compañero y yo nos tomamos fotos con él.
-Es un hombre muy amable.
-¿Como dio contigo?
-Se fue a Senegal de vacaciones, eso pasa.
-¿Y coincidieron sin nada más?
-Lo conocí en una tienda, tampoco fue especial.
-¿Qué estaba comprando?
-Tapioca, nueces, lo ayudé a buscar cilantro.
-¿Él te lo pidió?
-Sí y me enteré que mi vecino haría un asado. Maurizio se había ofrecido a llevarle las cosas.
-¿Te invitó?
-No pero mi vecino sí y llevé un postre sin sabor.
-Me cuesta creer que fuera Maurizio.
-Tengo varias fotos con él. No he querido verlas desde que terminamos.
-¿Maurizio es especial para ti? - intervino Kleofina.
-Nunca parábamos de charlar y quise que fuéramos amigos pero fluía y se convirtió en algo más. Íbamos a nadar o bailábamos en la calle en día de mercado. Recuerdo que me contó de una ex novia que le lleva doce años, una tal Karin Lorenz.
-¡Volvió con ella! - se apresuró Madice.
-¿Cómo sabes?
-Los vi muy juntos en el Campeonato de Europa, se la presentó a todos.
-Él es así.
-¿Tampoco quisiste encontrarlo de nuevo?
-A Maurizio, nunca.
-¿Qué te hizo?
-¡Nada! Pero me dolió mucho tiempo.

Kleofina y Eva no encontraban que decir; Madice en cambio, habló envalentonada por el alcohol

-¿Conocen a su hermana, Katarina? Yo la odié.
-¿Qué tienes en su contra, Madice? - se sobresaltó Courtney.
-Después de que me encontré a Maurizio en un pasillo, Katarina se apareció de no sé donde y lo abrazó como para ahorcarlo.
-Odiaba que hiciera eso.
-Luego fui por una bebida y ella me jaló el cabello al pasar. Le reclamé y se volvió loca ¡me amenazó!
-¿Qué te dijo?
-Que si volvía a acercarme a su hermano, me arrancaría los ojos.
-Te fue bien.
-No quiero imaginarme lo malo.
-Katarina hizo que mi relación se volviera muy problemática.
-¿Maurizio nunca hizo algo?
-Cometí el error de no decirle.
-¿Por qué?
-Iba a irme con él y no vería más a su hermana.
-¿Te pensabas casar, Courtney?
-Con Maurizio viví cosas muy importantes.
-¡Pero conociste a Matt!
-A él no le he contado de esto.
-¿Qué?
-Nunca fui más tonta y no quiero que mi marido lo sepa.
-¿Por qué se molestaría por Maurizio Leoncavallo?
-Todavía tengo el anillo que me regaló y el otro día llamó.

Courtney suspiró profundamente.

-Con Maurizio hice el amor por primera vez.
-Espera, esas son palabras mayores. Tú y nosotras sabemos qué significan.
-No hay nada más hermoso que estar con una persona que te importa.
-¿Dónde pasó?
-En un lugar solitario, no daré más detalles.
-¿Estuvo bien?
-No lo he comparado con Matt.
-No tienes que hacerlo.
-Matt y yo estamos tan ocupados en el hospital que no hemos tenido relaciones.
-¿Nada?
-Ni siquiera de novios cuando teníamos más tiempo.
-Eso no está bien.
-Llegamos tan cansados que lo único que queremos es cerrar los ojos.
-¿Cómo conociste a Matt?
-En cirugía.
-Tampoco fue extraordinario.
-Al contrario.
-¿Por qué?
-Me asignaron atender de urgencia una hemorragia y él entró de repente al quirófano a operar frente a mí. Me quedé asombrada por su velocidad, resolvió el sangrado en segundos, llenó los registros, etiquetó muestras para labotario y comió una manzana en el pasillo como si nada.
-Wow ¿cómo supiste que era el indicado?
-Se disculpó conmigo por portarse como un idiota en una fiesta familiar y por enseñarme a dibujar cómo él.
-¿Sólo por eso?
-También por poner en su lugar a su ex novia.
-Mucho mejor.
-Necesito agua ¿quieren algo de la cocina?

Courtney recibió un "no" de respuesta y bajó a refrescarse, pensando que no hallaría a nadie más despierto. La luz del refrigerador iluminaba su silueta y Matt Rostov no tardó en hacer uso de la palabra.

-Una cerveza estaría bien para mí.
-Ay, me asustaste.
-¿Por qué?
-¿Me espiabas en el espejo, Matt?
-Quería saber si estabas bien.
-Pudiste llamar a la puerta.
-Lo siento, Courtney.
-¿De qué te enteraste?
-Ese tal Maurizio no me habría molestado.
-¿No?
-Su döppelganger en el espejo no es más torpe.
-¿Es un chiste?
-Tenía un tesoro contigo.
-¿A dónde quieres llegar?
-¿Qué te hizo su hermana?
-¿Qué? ¿Cómo...?
-Sí Maurizio no te golpeó y Madice salió bien librada, deduzco que Katarina Leoncavallo es la araña desgraciada.
-No tenías derecho a meterte en mis cosas.
-Maurizio volvió a buscarte en la mañana ¿adivinas quién contestó?
-Me sorprende lo que dices.
-Quiso saber como estás y por supuesto, le dije que nos casamos.
-Matt, te estás pasando.
-Quiero cuidarte.
-¿De qué? ¿De personas que no volveré a ver? ¿Quién te crees?
-Katarina Leoncavallo no tiene equivalente en el espejo por una razón.
-¿Cuál, Matt?
-Sé que acordamos no buscar a tu doble pero me enteré de que la mataron.
-¿Quebraste tu promesa?
-La Katarina del espejo se atrevió a arrojarle ácido y después se suicidó.
-¿Cómo pudiste...?
-Lo que ocurre en el espejo, a veces se equilibra aquí y viceversa. Temo que la araña se entere de las llamadas, te hizo daño una vez.

Courtney estaba furiosa pero su experiencia con los Leoncavallo no debía ignorarse.

-¿Quieres saber qué me pasó? ¡La descubrí espiando a Maurizio cuando dormiamos juntos!
-¿Y jamás la delataste?
-Si fuera tu hermana ¿cómo tomarías que te dijeran eso?
-¿Seguías al pendiente de Maurizio?
-Antes de conocerte, sí, pero no es nuestro problema ahora Matt y por cierto ¡ve preparando tu disculpa!

Courtney azotó la puerta del refrigerador y volvió con las chicas que en aquel momento comenzaban a cantar a gritos y a pronunciarse en contra de sus ex novios como en toda borrachera que terminará con lágrimas o con música triste. En un momento dado, la misma Courtney bebió el vino que quedaba y se les unió, desahogando su enojo arrojando sus almohadas a la calle.

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