viernes, 4 de mayo de 2018

Nuestra vida está en la práctica


Venecia, lunes por la mañana.

-¿Te quedaste despierto toda la noche, Maurizio?
-Sí, hay bastante trabajo ¿quieres café? Está recién hecho.
-Necesitas dormir, vas a estar cabeceando.
-Tuve una idea, edité audio.... Dejé pan en la tostadora y algo de mantequilla.
-Mauri, me preocupas.
-Estoy bien, Karin.
-¿Recuerdas qué día es hoy?
-La cena por el cumpleaños de mi abuelo.
-¿Llegarás tarde?
-Le hice dos programas nuevos a Carlota Liukin.
-¿Qué quieres decir?
-Mira estos bocetos ¿te gusta lo que ves?
-"Nocturne, n. 20, short program...." ¿Diseñaste un vestido?
-¿Qué te parece la planeación técnica?
-"Combo spin, combo spin, coreografía, triple flip - triple toe, triple lutz, doble axel, little step sequence, combo spin..." ¿Tiene algo de malo la rutina corta del viernes?
-Que Carlota no está creciendo como patinadora junior.
-¿Lo del programa libre tampoco es una broma?
-Me encantó lo que ella hizo pero sé que da mucho más.
-Debe estar en París en tres semanas.
-Tiempo suficiente para que aprenda lo nuevo.
-"Anna Karenina, free program. Spin, tano triple flip - triple toe, triple lutz, combo spin, step sequence, triple salchow - triple toe..." ¿En qué estás pensando?
-El sistema de seis está próximo a desaparecer y la nueva escala de evaluación le sienta bien a Carlota, tendrá ventaja si se adapta de una vez. Estuve revisando un ejercicio que presentó hace un año y pese a las fallas, entiendo por qué ganó.
-¿Patinó antes "Romeo y Julieta"?
-También por eso quiero cambios.
-Chopin es bueno pero ¿Anna Karenina?
-Carlota ha estado leyendo esa novela y la he visto llorar un par de veces.
-Está muy chica para ese papel.
-Su amistad con el tal Marat me inspiró - Maurizio extendió un par de hojas a Karin porque no podía explicar bien que quería. La mujer sonrió en el acto.

-¿Ese sería el vestido? Quedaría hermoso.
-Probaremos con color negro en primer lugar y si no me convence, nos vamos con el vino.
-¿Le dirías que volviera a pintar su cabello?
-Y que trabajará duro.
-Estás emocionado.
-Ayer en la gala me quedó claro. Carlota no va a improvisar y Haguenauer sabrá que puede confiar en mí.
-Lo he visto nervioso al respecto.
-Lo entiendo, créeme.
-Estás loco, Mauri.
-Lo estoy mucho más por ti.

Karin besó a Maurizio y este último aprovechó la oportunidad para al fin desahogar su libido y relajarse luego de la tensión que había sentido en el ambiente y el desconcierto de ver a Katarina comportarse de forma extraña el fin de semana. También a ella le había creado un ejercicio nuevo.

Poco antes de las siete de la mañana, Maurizio Leoncavallo salió de su domicilio en el barrio Castello rumbo a la parada del vaporetto cuando creyó que le llamaban desde un canal. Al principio no prestó atención y continuó caminando sin novedad hasta que llegó a una esquina estrecha. La exclamación de "Maurizio, Maurizio!" casi lastimaba sus oídos.

-Buongiorno! Creía que no me habías escuchado.
-Scusi ma, che?
-¿No me conoces? ¡Soy Geronimo! Te he llevado en esta lancha dos veces con la bella Carlota. Siamo amici ¿no lo crees?
-Buongiorno, entonces ¿En qué puedo ayudarte?
-Te llevo al trabajo, me queda de paso.
-¿Disculpa?
-Sube, hay tráfico camino a San Marco.
-¿A esta hora?
-Per la vacanza de Fieles Difuntos.
-Cierto, empieza el jueves.
-Algunos turistas han empezado a llegar.
-¿Eres veloz? Voy tarde.
-Dime la calle y te diré cuanto toma llegar.
-Grigolina y Calle dei Fabbri.
-Quindici minuti.
-De acuerdo, grazie.

Maurizio abordó con reservas y Geronimo inició la marcha con talante amable, aunque observando al pasajero de vez en vez.

-¿Pasa algo? - inició Maurizio.
-Es raro verte senza mia principessa Carlota.
-Para mí, hacer esto.
-Sabía que era la mejor del mundo, que bueno que fui a la gala de ayer.
-A Carlota le falta mucho para ser la número uno del ranking.
-¿Es una broma?
-Tiene talento.
-¿Mi hermana le hace el vestuario, verdad?
-¿Quién?
-Fiorella Bassani del taller Bassani de San Marco.
-¿Eres su hermano?
-El mundo é piccolo. Yo me encargo de llevar y traer los pedidos de telas y con el carnaval en unos meses, Fiorella no podrá ocuparse de hacer vestidos.
-Justo la vería hoy para un par de encargos más o menos urgentes.
-Puedo avisarle.
-Muchas gracias.
-¿Dónde conseguiste la chaqueta, Maurizio?
-Es de mi familia.
-Con la stella partigiana!
-Questo é un giorno speciale.
-¿Qué celebran?
-L'orgoglio di essere una famiglia partigiana!
-Davvero?
-Mi abuelo estuvo en la resistencia contra Alemania.
-Che onore!
-Hoy habría cumplido cien años.
-Festa con tutti?
-Sei invitato. Inicia a las ocho.
-Dov'è?
-3589 Calle del Pignater, Sestiere di Cannaregio.
-Cerca de mi casa.
-Tengo curiosidad.
-¿De qué?
-¿Cómo conociste a Carlota Liukin?
-Ella buscaba un gondolero para dar un paseo.
-¿Apareciste de repente?
-No pero le evité pagar una fortuna. Iba con mi buen amigo Marat a conocer San Marco.
-Ese Marat me cae bien y nunca lo he tenido cerca.
-Carlota se ha enamorado de él.
-No me digas...

Maurizio no evitó sonreír y permaneció en su asiento el resto del viaje, constatando que el camino al barrio de San Marco se tornaba complicado. Incluso, había un atasco en la misma calle Grigolina, obligándolo a saltar del bote apenas Geronimo logró aproximarse a la banqueta. A causa de ello, tropezó con Katarina.

-Perdona, Katy ¿Te quemé? - preguntó él, no sin voltear hacia Geronimo que decía "¿tutto bene?"

-Parece que sí. Grazie por traerme.
-¿No se ha lastimado la signorina?
-Creo que no.
-Lei é partigiana anche? Trae el escudo grande en el abrigo.
-É mia sorella, Katarina.
-Ma che bella partigiana! Signorina, un día saldré con usted.

Katarina se sonrojó un poco y contestó tímidamente que tenía novio. Su hermano la miró sorprendido y Geronimo intervino otra vez.

-Es una pena pero ¿puedo darle mi suéter al menos para que se cubra?

La chica cerró su abrigo de inmediato al notar que su blusa se había transparentado. Aun así, se exhibía la mancha alrededor de su pecho.

-Lo siento, signorina.
-No se preocupe.
-Cuando necesite un bote, no dude en llamar.
-Supongo que gracias.
-Usted y Carlota son las dos más hermosas princesas de Venecia. Me alegra compartir esta lancha con ambas.
-Grazie... Geronimo?
-Prego, Katarina.

Geronimo lanzó un beso a Katarina y ésta no pudo evitar reírse. Maurizio la tomó del brazo y los dos se despidieron rápidamente. Caminando lentamente en la banqueta, la joven supo que tendría una conversación con su hermano.

-¿Estás bien, Katy?
-Te traía un chocolate, Maurizio.
-Discúlpame, creí que llevaba el tiempo escaso ¿duele?
-Me cambiaré pronto.
-Nunca vistes de blanco.
-Hoy quise.
-¿Es cierto lo que dijiste?
-¿Qué cosa?
-¿Tienes novio? ¿Desde cuándo?
-Desde ayer.
-¿Por eso no fuiste a la gala?
-Paseamos por todo Murano.
-¿Quién es? ¿Le hiciste caso al cristalero?
-Mi novio es Miguel.

El gesto de Maurizio era de felicidad.

-¡Me alegra, Katy!
-¿Qué?
-Creí que no llegaría este día.
-¿No te molesta?
-No lo conozco mucho pero si su padre es el señor Liukin, me da confianza.
-Su nombre es Miguel Ángel Louvier.
-¿No es Liukin?
-Lamento decepcionarte.
-¿Te gustó desde que lo viste, verdad?
-Sí.
-¿Vienes de verlo? ¿Tan temprano?
-¿Cómo sabes?
-Estás maquillada.
-Desayunamos juntos ¿sabías que es buzo?
-¡Eso es muy bueno, Katy!
-Lo acompañé al trabajo.
-Te estás convirtiendo en una mujer, me siento contento por ti.
-¿Una mujer?

Katarina observó a su hermano como si una ilusión regresara fugazmente. Poco le tomó darse cuenta de que él también se hallaba en la emoción de un inicio de día romántico.

-¿Tuviste...? Intimaste con Karin - pronunció ella, volviendo a tierra.
-¿Cómo te das cuenta siempre?
-Eres muy obvio.
-Me resulta incómodo hablar contigo de ese tema.
-Pones cara de hacer fechorías. La misma te veía cuando robabas mis galletas.

Katarina bajó la cabeza y notó que Maurizio parecía cambiar de humor.

-Lo siento.
-La próxima vez, no digas nada.
-¿Estás enojado?
-No, Katy.
-Ay ¡te puse rojo!
-Mejor ve lo que tengo para ti.
-¿Me estás confiando tu carpeta?
-Es una sorpresa.

Katarina la abrió enseguida y quedó maravillada al instante. De imaginarse como sería el resultado, se entusiasmó de inmediato ¡Maurizio era muy creativo! y estaba claro que pensaba en ella más que nunca.

-¡Nadie espera que interprete esto!
-Se me ocurrió en la madrugada.
-¿Chopin en el programa corto? ¿Cómo no se me cruzó antes? ¡Seré campeona del mundo, Mauri!
-¡Ese no es!
-¿Qué?

Maurizio Leoncavallo tomó sus papeles y buscó la hoja indicada.

-¿Qué te parece? - preguntó él.
-¿"Black Swan" de rutina larga?
-Pensé "el público necesita una sorpresa" y llegó a mi mente.
-Hay cisnes nuevos cada año.
-Pero nadie lo espera de ti.
-Prefiero quedarme con "La boheme"
-Es de la temporada anterior, Katy.
-Ganamos la medalla olímpica y los jueces dijeron que era perfecto para este año.
-Las patinadoras lo imitan ahora, debemos cambiar.
-Por algo predecible.
-Katarina ¿debo imponerme como entrenador?
-Maurizio ¿en serio quieres que trabaje en esto?
-Es una orden.

Katarina quiso ignorar los diseños de Maurizio y de repente, una fuerte envidia se apoderó de sus pensamientos. Un ejercicio con Chopin no podía ser para otra chica que no fuera Carlota Liukin pero ¿cuál era la razón? El contenido técnico era ambicioso y el vestuario luciría muy bonito. Aun no se recuperaba de la impresión cuando escudriñó de nuevo los apuntes de su hermano y encontró, como en una pesadilla, las páginas de "Anna Karenina". Katarina creyó que iba a desmayarse.

-No debías ver eso.
-Es un programa más fuerte que el que me das, Mauri.
-Carlota tiene el potencial.
-¿Y yo no?
-No me malinterpretes, Katy.
-¿A mí me pones un pajarraco y a ella algo original?
-Mi contrato exige resultados.
-¡También merezco buenos programas!
-Lo sé. Tranquilízate, estoy pensando en lo que ambas podrían alcanzar esta temporada.
-Te dije claramente que quiero el título mundial.
-Trabajamos para ello.
-Ve este cisne y dime que es mejor que los programas de Carlota.

Katarina colocó un dibujo frente a Maurizio.

-Compite con "Anna Karenina".
-Esa no es una respuesta, Mauri.
-Eres muy fuerte Katy, por eso te doy énfasis en las combinaciones.
-Creí que un día montaríamos una rutina que conmoviera a todos.
-Tienes más carácter. Al público y al jurado les gusta que saltes y los impresiones y que tus coreografías los reten. Avanzaremos con tus ventajas ¿por qué querrías hacerlos llorar?
-Mis rutinas jamás han estado entre las favoritas del año.
-"La boheme" sí.
-No importa si gano, los demás siempre hablan de las otras.
-Katy...
-Sabes que es verdad.
-El programa saldrá bien.
-Estoy cansada de ser un pato.
-No lo eres.
-Dímelo cuando nadie evite darme flores porque se apareció Sasha Cohen o Michelle Kwan pasó junto a mí.

Con la decepción en el rostro, Katarina dobló la hoja y prefirió adelantarse aunque no habría rebeldía de su parte y haría lo que su hermano le indicara. Convencido de que era lo correcto, Maurizio reordenó su material y saludó al personal de la pista cuando las puertas se abrieron. Durante la sesión de entrenamiento, los alumnos de danza notaron que los Leoncavallo no se hablaban y Katarina rompió a llorar en el vestidor después de contenerse para ser dócil durante horas. Maurizio evitó acercársele y no se despidieron porque él optaba por mirar a otro lado, cruzarse de brazos y fingir que aconsejaba a las niñas del grupo de principiantes mientras aguardaban la llegada de su maestra.

En contraste, a Carlota Liukin le esperaba un bello día soleado. La gente le pedía autógrafos sobre sus fotos en el periódico o en el tráfico del Gran Canale, la multitud la saludaba gritándole "regina Carlota" o "bella Carlota". En el colegio se habían reunido todas las estudiantes para felicitarla y en su clase de hockey sobre pasto se había congregado un nutrido público de niñas de primaria, turistas y otros curiosos que le festejaban cada vez que recibía o pasaba una pelota con su stick y el lugar vibraba si ella tiraba a portería o lograba anotar. La entrenadora no tenía reparos en presumir que la joven había aprendido el juego rápidamente y que le concedería la posición de center forward por ser una gran atacante. El Istituto Marco Polo tendría un encuentro ante la secundaria "Giuseppe Garibaldi" el miércoles y Carlota, sin duda, estaría allí.

-Ha nacido una estrella - reía el profesor Scarpa mientras esperaba por ella para ir a "Il dolce d'oro" con Ricardo Liukin. Para el descanso por la Fiesta de Fieles Difuntos, los Liukin habían acordado ir a varios eventos y justo Scarpa quería saber los detalles, además de asegurarse de que Carlota al fin terminara con su reporte de "Anna Karenina" para la siempre exigente clase de literatura. No era la única que releía partes de la novela una y otra vez para darse una idea de qué escribir y el número de borradores aun la tenían decidiendo entre conservar uno o dos o descartarlos sin consideración. Durante el entrenamiento, la chica había comentado al respecto con unas compañeras y la escuela entera parecía padecer la misma dificultad.

-Stella sul giacchio, stella del hockey, stella di tutto y no puede con la tarea - susurró Scarpa al final de aquella sesión y vio a la satisfecha joven Liukin despedirse luego de darse una ducha, mientras le halagaban su blusa con estampado de rebanadas de pizza y su suéter cereza.

-Ci vediamo domani, ragazzine. Carlota, llevas prisa.
-Buona sera, professore.
-Di ciao.
-Ciao a tutti! Ci vediamo!
-Eso está mejor.
-Tengo que ir a misa.
-Hoy no, así que corremos por otro motivo.
-¿Qué cosa?
-Es un asunto tuyo.
-¿Tan mal me porto?
-Creo que se trata de tu entrenador.

Carlota arrugó un poco el entrecejo y siguió a su maestro hacia el exterior con cierta confusión por lo que le había dicho. Las calles aledañas al Campo Salvatore reventaban de visitantes y caminar hasta "Il dolce d'oro" se dificultaba más por la filmación que se realizaba enfrente. Maeva Nicholas, la desconocida que había acompañado a Ricardo Liukin a Murano realizaba una escena que implicaba verla correr por varias esquinas en tacones. El profesor Scarpa se esforzaba en no estorbarle al pasar ni aparecer en cámara y cuando se despejó un poco, vio a Maurizio Leoncavallo revisando sus papeles y observando su reloj. La estrella de su chaqueta se distinguía claramente.

-Leoncavallo! Sei partigiano? - inquirió Scarpa a su distancia y Carlota, que no entendía, sonrió cuando su coach lo hizo.

-Partigiano di famiglia, di cuore, con l'anima e per l'Italia! - contestó Maurizio, levantándose de su lugar y extendiendo su mano a la chica Liukin.

-Qué interesante, non conosceva nessuno - prosiguió Scarpa - ¿Quién es el héroe en tu casa?
-Mio nonno, Maurizio Leoncavallo, partigiano a Milano. Conservamos su foto de l'insurrezione nazionale y otra sosteniendo el titular del Corriere de la Sera cuando nació la Repubblica Italiana.
-Qué honor ser nombrado como él.
-Fue un juramento de mi padre con mi tía. Mi primo, Maurizio Maragaglio, me ha hecho prometer que seguiremos esa tradición. Sei invitato a casa con la famiglia, celebramos el nacimiento de ese hombre que nos ha traído tanta honra.
-Por supuesto ¿Dónde los busco?
-En Calle del Pignater.
-Trataré de convencer a mi mujer de acompañarme.
-Los Liukin también son bienvenidos, por eso vine temprano por Carlota.
-Que avise a su padre que ha llegado.

La joven ingresó a la gelateria de inmediato y luego de abrazar a Ricardo, volvió con Maurizio, que la hizo tomar asiento.

-¿Qué pasa?
-Te he traído una sorpresa.
-¿Es buena?
-Carlota, quiero que veas estos diseños y me digas que te parecen.
-Dibujas muy mal.
-Lo sé pero estuve toda la noche planeando esto.
-"Nocturne, n. 20, short program"... ¿De qué se trata?
-De que cambiaremos tus rutinas hoy.
-¿Cambiar?
-No puedes ser campeona si repites "Romeo y Julieta" o vuelves a "Swan Lake"; ni siquiera me convence tu corto de "Megapolis".
-¿Qué dices?
-Quiero adelantarme y hacerte entrenar con el nuevo sistema de evaluación.
-¿Con el nuevo? Es una pesadilla.
-¿Eres profesional o no?
-Tengo un deja vu.
-Vi tu programa del Masters.
-Es una vergüenza.
-Estudié tu actuación y concordé con los jueces. Ganaste porque tu dificultad y la calidad de varios elementos fue superior.
-Maurizio ¿es en serio?
-Reviso la nueva escala con mucho interés y te favorece, créeme.
-Pero Haguenauer y yo trabajamos en lo que tenemos.
-¿Haguenauer es tu coach?
-No.
-Exacto. Las prioridades de mi grupo también son las tuyas.
-No creo que a Romain le parezca buena idea.
-Él no está aquí.
-Nos va a matar.
-Dime que no te gusta Chopin.

Carlota leyó de nuevo el proyecto y sacó sus lápices de colores para corregir los dibujos cuando creyó descifrar qué había tratado su entrenador de plasmar. Lo que salió fue un vestido con degradados en azul oscuro, negro y violeta con cristales plateados y puños y pliegues inferiores en blanco. También pudo acertar con las posturas en spins y ver claramente la coreografía.

-Sería hermoso - dijo ella - ¿Cuando montaríamos esto?
-Después de Bompard.
-¿De verdad es mío?
-No es todo.

Leoncavallo respiró hondo y con la seguridad de que no habría objeciones, extendió sus bocetos mientras constataba que el profesor Scarpa y Ricardo Liukin miraban detrás de Carlota con una gran sonrisa. La reacción de ella fue de cubrir su boca.

-¿Estás bien?
-¿Se te ocurrió todo esto para mí?
-¿Qué piensas?
-¿"Anna Karenina"?
-Tal vez exagero con el mérito técnico.
-Hasta coloreaste con acuarelas ¿puedo quedarme con los dibujos?
-Son tuyos.
-¿Qué tienes en la cabeza, Maurizio?
-Katarina y tú van a competir.
-¿Cómo?
-Las dos tienen un gran nivel. Katarina es una saltadora y tú eres una bailarina, le daremos opciones a los jueces. Ni Kwan ni Cohen ni nadie pueden hacer lo que ustedes dos me demostraron ¿Viste a Katarina en NHK Trophy? Su altura y desplazamiento no son los mismos desde esa prueba y en su entrenamiento esta mañana pudo hacer un par de transiciones ¿sabías que nunca se las propusieron antes?
-Katarina patina muy bien.
-No imaginas lo que consiguió.
-¿También a ella le cambiaste los planes?
-Será Odette.
-¡No es cierto!
-Ella ha mejorado.
-¡Siempre he querido ser Odette!
-Pero ya fuiste el cisne blanco.
-Buen punto.
-Nadie patina un cisne si no es para ganar.
-Es la gloria o la tumba.
-Pero Anna Karenina es diferente, los jueces desearán verte, les gustará. Si tú lo haces bien, Katarina se esforzará por rebasarte y viceversa. No logro explicarlo pero creo que las dos se merecen un coach que se juegue todo. Déjame lanzarme por ti. Sé que puedes.
-¿Me dejas ver la planeación de Katarina?
-Toma.
-¿Una copia?
-También le di las tuyas.
-Su cisne no parece de ballet.
-Es una versión moderna.
-¿Quieres que todos la vean?
-Katarina resaltaría su personalidad, ese es el objetivo.
-Entiendo.
-Y en cambio, tú interpretas un personaje, ya no a ti misma.
-¡Estás loco!
-Debo estarlo si no eres la única que lo cree.
-¿Cuándo debo tener lista la rutina?
-Bompard.
-¡Es muy pronto!
-Completaste dos programas con menos y Katarina presenta su cisne en unos días.
-¿Quieres trabajar ya?
-Las vacaciones de Fieles Difuntos nos dan mucho tiempo para ocupar la pista sin curiosos, el personal descansará y yo me quedaré con las llaves. Katarina y tú practicarán desde las siete en doble sesión y saldrían a las cinco de la tarde pero hoy y mañana tú y yo vamos a trabajar diferente de lo pactado. Son las trece horas y sufrirás hasta las ocho.
-¿Y mi tarea?
-¿Puedes hacerla apenas sales de clases?
-Me falta mi reporte de ... ¡Sabías que estoy atorada con Anna Karenina!
-Pero tengo otro motivo para proponerte este ejercicio.
-Entrenaré aunque reviente y el miércoles entregaré mi reporte.
-¿Podrás?
-Sí, Maurizio.
-Prepárate, lo que te espera no se compara en nada a lo que te imaginas.

Carlota se levantó sonriente y su padre le entregó enseguida su bolso y un panino por si sentía hambre. Ricardo y Maurizio habían conversado sobre el tema antes y sólo se recordaron la invitación al hogar de los Leoncavallo para cenar. El profesor Scarpa también se despedía mientras se daba cuenta de que Maurizio estaba muy inseguro y lo confirmó cuando su hermana Katarina se apareció en la esquina, acompañando a Miguel. Los Liukin quedaron helados al constatar que los Leoncavallo no se dirigían ni la mirada y Katarina en especial, evitaba girarse para hablarle a Maurizio, con lágrimas de por medio. La joven tomó asiento frente a la puerta de "Il dolce d'oro" y notó que Carlota había olvidado sus dibujos y sus notas. Su decepción al verlos era tan evidente, que no hizo falta preguntarle sus razones para iniciar su ingesta de café y galletas mientras Miguel acariciaba su cabello y le dejaba recargar la mejilla en su hombro para consolarla.

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